Ciudad Universitaria
30 de junio de 2022

Editorial

Por: Dra. Patricia D. Dávila Aranda
En tiempos de la dictadura porfiriana y como eco de sucesos que sacudían en general a la sociedad occidental al terminar el siglo XIX, el Estado entregó a la ciencia —a su avatar positivista— la responsabilidad de diseñar la ruta hacia el progreso. En el camino, los “científicos” que rodeaban al dictador olvidaron al pueblo y desdeñaron los componentes espirituales —multiculturales— del ser mexicano. Discípulos directos e indirectos de Augusto Comte, habían reaccionado contra los idealismos del siglo anterior, aunque fueran también expresiones de cómo el conocimiento sistemático de la realidad era capaz de modificarla, perfeccionarla, y hacerla crecer. En la dialéctica de las ideas, aun antes de caer, la dictadura provocó el surgimiento de otra perspectiva ante la responsabilidad de las ciencias para con la sociedad: el Ateneo de la Juventud se enfrentó a los positivistas desde un nuevo idealismo que quedaría plasmado en el escudo y el lema de la Universidad Nacional: América Latina unida —vocación internacionalista del conocimiento desde México—, sostenida por sus dos majestuosas aves emblemáticas, a la voz de “Por mi raza hablará el espíritu”. No hay representación más acabada que esta en cuanto al impacto que la universidad y el conocimiento que en ella se produce tienen sobre la sociedad.

Este es el ámbito del pensamiento al que se dedica este segundo número de UNAM Internacional: las imprescindibles aportaciones que la universidad, como vehículo de la ciencia, de la enseñanza superior, de la producción y de la divulgación cultural, hace a la sociedad. En las páginas de esta segunda entrega de la revista internacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encontrará el lector destacados ejemplos del proceso mediante el cual la universidad forma a los cuadros técnicos, profesionales e intelectuales que están destinados a impactar en la sociedad —tanto en la mexicana como en la global—, en la economía, en la política, en cualquier ámbito, mediante la aplicación de los conocimientos generados en ella.

Así, en productivo diálogo con pares en todo el orbe, la UNAM apuesta por el intercambio académico mediante la movilidad de sus estudiantes y académicos hacia otros puntos del globo, y por la recepción en nuestro territorio y nuestro idioma —cuyos hablantes insistimos en multiplicar— de otros provenientes de cualquier parte. El intercambio académico internacional así generado apunta hacia el desarrollo de competencias globales en un planeta cada vez más interconectado.

La sección “Encuadre” incluye artículos en los que se abordan estas relaciones. En “El paradigma ciencia-sociedad”, Raúl Orduña describe cómo las ciencias “duras” se asoman al mundo social para alcanzar mayor eficacia, pero también justicia en sus aplicaciones, mientras que Adalberto Noyola pone al alcance del lector la evidencia empírica de los procesos de colaboración académica entre México y China, uno de los países que mayor avance científico ha desarrollado en los últimos años. Araida Hidalgo reflexiona sobre los cambios que están viviendo las instituciones de educación superior en todo el mundo, en un arduo proceso de adaptación a nuevos retos, y Marcos David Silva aborda los extremos del ejercicio de la justicia en México desde los bordes del pensamiento jurídico.

En un movimiento para extender la reflexión sobre la justicia y los conflictos sociales y políticos actuales, dos textos asumen con valentía la responsabilidad de expresarse ante la situación tan grave que vive Europa del Este desde principios de 2022. Así, Eduardo Rosales pone en contexto esta nueva encarnación de la guerra aportando información que permite a los lectores hacerse una imagen más completa y ser capaces, entonces, de leer la información crítica y analíticamente, desde una postura tan neutral y objetiva como es posible, mientras que Ana Burgos en entrevista desde el mismo Cáucaso ruso, tan próximo al conflicto, transmite una perspectiva situada en el contexto y nos deja conocer mejor lo que la gente de la región siente, sufre, vive y piensa sobre él. Será Alberto Vital, hablando desde el ámbito de la lingüística, quien proponga el diálogo entre culturas —la traducción y la enseñanza de idiomas, especialmente del español— y, haciendo referencia al hecho de que el ruso es el idioma de algunas de las mayores creaciones literarias de la modernidad, llame la atención sobre el valor para la paz que tiene el lenguaje: esa es la misión de los universitarios.

No termina aquí la incursión en el mundo de las lenguas: José Antonio Flores entrega una importante crónica sobre diversos proyectos desarrollados en México para potenciar la presencia de las lenguas originarias, llevándolas hasta las fronteras de géneros musicales y poéticos que suelen pensarse ajenos a ellas. Y desde el Centro de Enseñanza para Extranjeros y las Escuelas de Extensión en el exterior, varios artículos abordan el trabajo que se realiza en la UNAM para la enseñanza del español que hablamos en México y de la cultura que habitamos.

No sorprende que al abordar lo que la universidad aporta a la sociedad aparezcan, en un lugar destacado, las aproximaciones multi, inter y transdisciplinarias: biología y matemáticas; las disciplinas que confluyen en lo que hoy conocemos como “desarrollo territorial”, y otros interesantes ejemplos.

Encontrará el lector en este segundo número, como sucedió también en el primero, las voces de estudiantes e investigadores con experiencias de movilidad que contribuyen a la reflexión. Entre ellos Laura Jimena Suárez suma al aporte que el intercambio académico hace a la sociedad, el que opera en los individuos; Omar de la Cruz analiza los efectos de la oportunidad de realizar el doctorado en el exterior, y Heidi Aldaco relata su experiencia de estudios en España realizada en movimientos de ida y vuelta entre dos ciudades. Y para abundar sobre los intercambios, se incluyen dos entrevistas que nos acercan a científicos mexicanos de alto nivel colaborando con pares en los Estados Unidos y Alemania: Arturo Sauza nos introduce en el enigmático mundo del cómputo cuántico y Adrián González Casanova y Maite Wilke Berenger, matemáticos que aplican sus conocimientos a la comprensión de procesos biológicos, enfatizan los beneficios del aprendizaje internacional en colaboración en línea, la estrategia COIL que apunta a potenciar procesos de internacionalización virtual.

Esta segunda entrega de UNAM Internacional ofrece también materiales de divulgación cultural con reseñas de eventos, publicaciones y actividades desarrolladas por la UNAM tanto en México como en el extranjero. Destacan en estas páginas un sorprendente poema en prosa de César Cañedo y un reportaje gráfico con muestras del valioso patrimonio escultórico que resguarda la UNAM.

Así, UNAM Internacional lanza su segundo número con la certeza de que los lectores —especialmente la comunidad universitaria nacional e internacional— verán reflejado en estas páginas el inmenso aporte que la academia, la investigación, la enseñanza, la ciencia, la cultura, arropadas bajo el manto de la universidad, realizan a la sociedad.
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