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15 de noviembre de 2024
Del impreso a la memoria. LACIPI: ¿archivo o repositorio digital?
Antonio Vanegas Arroyo y la tradición de los impresos populares
Si se le pregunta a cualquier habitante de México si ha leído o escuchado una calaverita, cantado un corrido o tarareado “Las mañanitas”, seguramente dirá que sí. Estos tres géneros poéticos son pilares de la cultura popular mexicana: la calaverita, asociada con la celebración del Día de Muertos, el dos de noviembre; el corrido, por ejemplo, el vinculado con eventos políticos o sociales como la Revolución, y “Las mañanitas”, tradicionalmente cantadas en los cumpleaños y en diversas celebraciones como los santos, las rondas o las serenatas. Estas composiciones, tan presentes en la memoria colectiva, se arraigan en la antigua tradición hispánica tanto por sus estilos poéticos como por las formas editoriales en las que se publicaron: los impresos populares.
Los tres géneros se asocian también con las imágenes de dos grandes grabadistas: José Guadalupe Posada y Manuel Manilla, quienes fueron colaboradores del extraordinario editor e impresor Antonio Vanegas Arroyo (1862-1917), cuyos impresos inundaron las calles y los caminos rurales de México y el sur de Estados Unidos. Asimismo, estos fueron fundamentales en el proceso de transmisión de las canciones, los cuentos y las devociones que también interesaron a la población mexicana. Entre ellos se distinguieron los cancioneros, cuyo público principal fueron las mujeres, “el bello sexo” como dice el editor en las dedicatorias.
La impronta de los impresos populares en la cultura de México aún no ha sido comprendida en toda su dimensión, ya que estos formatos híbridos , imagen y texto, permitieron la transmisión y la convivencia de numerosas composiciones que provenían tanto del mundo de los libros y de la prensa como de las tradiciones orales. Estos humildes papeles facilitaron la creación y la difusión del género del corrido y fueron las principales superficies para las denominadas calaveritas.
Si bien los impresos populares fueron definitorios en la cultura mexicana de fines del siglo xix y principios del siglo xx, al pasar el tiempo fueron perdiendo presencia por lo efímero del papel de baja calidad y por los nuevos medios de comunicación masiva como la radio y el cine. Sin embargo y a pesar de estas condiciones, la gente los recuerda en sus canciones así como en las imágenes que seguimos utilizando para el Día de Muertos y que se volvieron identitarias de la cultura mexicana.
El Laboratorio de Culturas e Impresos Populares Iberoamericanos (LACIPI), ubicado en la Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales (UDIR) de la UNAM, se propuso utilizar a las tecnologías digitales para el estudio de los impresos populares con dos objetivos principales:
[…] primero, el rescate virtual de los impresos a fin de preservar su contenido y visibilizarlo fuera de los acervos en los que se da resguardo a los ejemplares físicos; segundo, ofrecer tanto a los académicos como al público en general un catálogo y una biblioteca con índices que permiten hacer búsquedas por distintos campos pertinentes para la identificación de los impresos. Además, se ha enriquecido el archivo con un visor cartográfico; es decir, el sitio plantea un mapa en donde se le indican al usuario distintas rutas que puede seguir para conocer ese impreso. Próximamente se enriquecerá también con archivos sonoros. (
https://lacipi.humanidades.unam.mx/)
Para llevar a cabo las metas propuestas se deben realizar procesos complejos que implican conocer profundamente tanto al objeto de estudio como las propias herramientas tecnológicas. De esta manera, cuando se efectúa la digitalización y se prepara un repositorio surgen diversas preguntas: ¿Cómo preservar el patrimonio material? ¿Cómo catalogarlo? ¿Cómo reactivarlo?
Los impresos populares como objetos multimediales y multifuncionales
Durante más de seiscientos años los impresos populares o pliegos de cordel han formado parte destacada de la cultura popular. Constan de variados formatos: desde la hoja volante, pasando por los pliegos de cordel de ocho hojas, hasta los cuadernillos de dieciséis hojas o más. Surgieron como una alternativa para sufragar los gastos de los editores en el siglo XVI y, posteriormente, gracias al gusto del público, constituyeron el objeto principal de distintos talleres. Los impresos se produjeron por millares en papeles de baja calidad —con tirajes que llegaron hasta doscientos cincuenta mil— y su precio era muy económico. Fue un fenómeno editorial de carácter transnacional hasta bien entrado el siglo xx y en algunos países, como Brasil, persiste aún hoy con gran vitalidad. Sus contenidos abarcan desde lo noticioso hasta los divertimentos burlescos.
La variedad de formatos se adaptó a las casas impresoras de cada país; sin embargo, se puede sintetizar la comunidad de tres elementos en su puesta en página: un largo título, una imagen y un texto a dos o tres columnas. Se difundían a través de la voz, ya que, en España, los ciegos cantaban coplas para invitar a la compra de los impresos que luego eran leídos en voz alta. Es decir, sirvieron las distintas tipografías como notación para la voz (Masera, 2018 y 2022). Asimismo, las imágenes se utilizaron con muy diferentes fines tanto se podían leer, guardar o comer en el caso de las estampas. Todo ello revela que también fueron objetos multimediales.
De esta manera, la variedad de temas, la multimedialidad y la multifuncionalidad de estos impresos queda manifiesta en la definición sobre los pliegos de cordel ofrecida por Jean François Botrel:
Dando por sentado que el género de cordel está inmerso en dos mundos: el de la cultura escrita e impresa con referencia al libro y a la imagen, y el de la cultura oral folklórica, con lugar en la librería, mnemoteca y en el repertorio del pueblo: sin llegar a formular ninguna ley, es fácil observar (incluso retrospectivamente) la convergencia dentro o a propósito de un impreso de cordel varias modalidades de realización y/o uso como recitar, leer, ver, escuchar, escenificar, cortar, pegar y hasta tragar, con n combinaciones; depende del tipo de necesidad o expectativa y de las modalidades de la producción y comercialización que lo caracterizan y sitúan en un conjunto de impresos y/o textos memorizados y de prácticas. (2000, p. 44)
Una vez entendidas la multimedialidad y la multifuncionalidad de estos objetos, podemos estudiar algunos de los procesos que se realizan para estudiarlos dentro del archivo digital creado por LACIPI.
LACIPI: un archivo digital y un repositorio
En las últimas décadas la tecnología en las humanidades digitales ha facilitado el acceso a diversos acervos de literatura de cordel mediante la digitalización de los materiales y su organización en archivos accesibles de manera ordenada. La digitalización de estos impresos populares es un proceso complejo que integra tanto herramientas como estructuras analógicas y digitales, lo que implica una transición híbrida entre ambos sistemas tecnológicos.
Este proceso no sólo reemplaza lo analógico con lo digital, sino que crea una interrelación entre diferentes tipos de objetos, como texto, imagen y sonido, promoviendo la formación de redes. La digitalización, por tanto, como señalaron Göbel y Muller (2017), permite la movilidad rápida de estos objetos, generando relaciones más equilibradas entre ellos y reduciendo las desigualdades tradicionales, como la prevalencia histórica del texto sobre la imagen en las bibliotecas.
En la digitalización de objetos como los impresos populares, el proceso no es simplemente una sustitución de lo analógico por lo digital, sino que implica un alto grado de hibridez en la transición entre distintas tecnologías. A través de este proceso, además, surgen nuevos “ecosistemas digitales del conocimiento” (Göbel & Muller, 2017) que difieren de los circuitos tradicionales en las humanidades y las ciencias sociales. En el caso de un archivo digital de impresos populares con bases relacionales, se crea un sistema complejo donde los objetos digitales pueden vincularse de diferentes maneras, permitiendo entenderlos tanto de forma individual como en su contexto.
En este mismo sentido, de acuerdo con la reflexión de John Miles Foley (2002) sobre las artes verbales, la poesía oral o los impresos se pueden ver como sistemas de rutas dentro de la tradición oral, donde los poetas eligen un camino en cada performance.
Un archivo digital, de este modo, emula el proceso de la tradición oral, permitiendo entrelazar objetos y colecciones de diferentes tiempos y lugares, facilitando la construcción de múltiples “rutas” que los usuarios pueden seguir, como el apparatus fabulosus propuesto por Foley (2012). En otras palabras, un sistema que no sólo incluya el tradicional aparato crítico literario, sino que también incorpore un contexto multimedial permitiría al usuario tener un contacto más completo que se asemeje a la experiencia real. Así, siguiendo al experto en poesía oral, se podría argumentar que, una vez construida la ciberestructura, el único límite para la lectura a través de la tradición sería el número de versiones y canciones disponibles en la base de datos.
Las observaciones de Foley son aplicables, con las adaptaciones necesarias, a la literatura de cordel, ya que el usuario toma decisiones específicas en cada interpretación, siempre siguiendo el camino trazado por la tradición oral o impresa. En este contexto, esta afirmación se puede extender a la creación de un repositorio de impresos, donde la catalogación y organización de los materiales indicaría las rutas o caminos posibles para explorar. Si a esta experiencia se añaden archivos sonoros o documentos del impresor, cada objeto podría enriquecerse aún más, permitiendo su estudio tanto como un objeto individual como parte de una tradición y de un sistema complejo de producción. De esta manera, el LACIPI, un espacio interinstitucional, tiene como objeto de estudio:
los impresos populares (de gran circulación) iberoamericanos, principalmente del siglo XIX y las primeras décadas del XX, centrado fundamentalmente en casas editoriales mexicanas como la de Antonio Vanegas Arroyo y la de Eduardo Guerrero. Los formatos más frecuentes utilizados por estas imprentas fueron la hoja volante, el pliego de cordel, el cuadernillo, el librillo y el libro. (
https://lacipi.humanidades.unam.mx/)
Hasta ahora se han digitalizado más de tres mil trescientos impresos —más de cincuenta mil imágenes— que incluyen numerosas unidades textuales y que conforman un archivo o red digital que permite consultar objetos individuales y, al mismo tiempo, integrarlos en diversas tradiciones temáticas, formales o visuales mediante el uso de bases relacionales.
LACIPI busca capturar la mayor cantidad de elementos posibles para facilitar al lector una activación integral, al incorporar archivos multimedia como los registros sonoros y la expansión de la búsqueda de las ilustraciones. Esto permitirá al usuario, por un lado, reconstruir las resonancias —usando el término de Harmut Rosa (2019)— que los impresos generaban en los consumidores de su tiempo y, por otro, crear nuevas resonancias personales. No es una elección pasiva; más bien, la selección y el uso surgen de una conexión que resuena con esa tradición.
Palabras finales: del impreso a la memoria
Consideremos, por ejemplo, un cancionero o una calaverita producidos por Antonio Vanegas Arroyo en formato de cuadernillo y hoja volante que el público adquiría por veinte centavos. ¿Qué buscaba el consumidor? Probablemente lo compraba para poseer las melodías que le resonaban en la memoria, que lo atraían, le gustaban y le permitían conectarse e integrarse con la tradición oral; sin embargo, también lo podría haber buscado para integrarse en las nuevas tendencias y formar parte de una élite o tal vez deseaba recordar antiguas canciones que resuenan como símbolos de un proceso político que lo rodea. O bien saboreaba las jocosas composiciones típicas del Día de Muertos. En todos los casos, la intención era recrear una experiencia sonora con resonancias a múltiples niveles: auditivo, visual y, en definitiva, vivencial. Más de un siglo después, ¿qué ocurre con estas canciones que ahora se han transformado en objetos digitales?, ¿qué busca un usuario al explorar estas letras? Las humanidades digitales han permitido volver a acercar estos objetos a los usuarios y ponerlos a circular nuevamente, pero ahora de manera virtual.
De este modo, lo ideal es que todos los objetos digitalizados en LACIPI se activen como elementos vivos de memoria. Esto debería estimular una relación compleja y enriquecedora, tanto desde el punto de vista cultural como emocional, impulsando así investigaciones desde las humanidades que exploren resonancias en una perspectiva interdisciplinaria.
El LACIPI se erige así como un proyecto de humanidades digitales único, que fortalece la relación entre la memoria y la preservación digital, invitando a los usuarios de todo el mundo a conocer y experimentar una de las más importantes tradiciones de la cultura mexicana: los impresos populares.
Del cordel al fanzine
UNAM Internacional
El impreso popular ha sido una vía de fortalecimiento de la lectura como proceso social desde la diseminación de la imprenta y el avance de la alfabetización y la educación pública, especialmente a partir de los siglos XVII y XVIII. La “literatura de cordel” (llamada así porque los impresos se exhibían para la venta colgados de un cordel) y todas las formas que, como ella, procuraron llevar lectura e información a sectores pobres y explotados, han jugado papeles insoslayables en grandes procesos de transformación social.
Un ejemplo desde el cine: el director francés Rabah Ameur-Zaïmeche realizó en 2011 una cinta —Les chants de Mandrin— que muestra con la claridad del cinéma vérité cómo un impreso popular en que se cantaba en verso la gesta del bandido y contrabandista Louis Mandrin, abonaba a los sentimientos de oposición a la autocracia que pronto desembocarían en la Revolución francesa.
El impacto y la presencia en la memoria colectiva de los impresos populares son tan poderosos, que aún recurrimos a ellos cuando emprendemos iniciativas orientadas a la autogestión de proyectos sociales. Un bello ejemplo de esto está en el Cordel do Fundo Solidário que la organización de desarrollo brasileña AS-PTA, trabajando en el semiárido nordestino, creó en 2008 para difundir su estrategia de fondos rotativos solidarios (cajas populares para el apoyo financiero y solidario entre miembros de comunidades pobres).
Otro, más reciente y cercano, está en la incansable actividad del editor e impresor Rubén Cerrillo —diseñador egresado de la FAD y autor de nuestra revista (ver UNAM Internacional 1, pp. 62-65)—, con imprentas populares como Artequio Encuadernación, quienes llevan talleres de creación de impresos a ferias, barrios y centros de cultura por toda la Ciudad de México, representando un auténtico renacimiento de las artes gráficas relacionadas con la imprenta, los tipos móviles y la difusión de conocimiento popular situado, pertinente, liberador.
El papel que cumplió la literatura de cordel durante buena parte del siglo xx, ha sido asumida en la actualidad, aunque de maneras que escapan al control de la gente, por productos de las tecnologías de la información. En estos se ha difuminado la personalidad de los expertos como Posada y Vanegas Arroyo, que mediaban entre la producción de información y la sociedad, en la caja oscura de las grandes corporaciones. La multiplicidad de orígenes, los formatos prestablecidos como “aceptables” por las plataformas (los reels, por ejemplo), han derivado en una progresiva disminución de la calidad y la complejidad de los mensajes: podríamos llamar a este proceso la “memeficación” del conocimiento.
Pero desde colectivos eminentemente juveniles en todo el mundo, herederos de la actitud contestataria del movimiento punk de los años setenta personificada en la frase “hazlo tú mismo” (DIY, siglas en inglés), aún en la era de las redes y los memes se han seguido produciendo papeles impresos —populares— que informan sobre escenas musicales y artísticas, que transmiten poesía y literatura, que hablan sobre las preocupaciones de los grupos que las producen, conformando un universo de información que podríamos resumir en “el mundo del fanzine”.
La palabra es una fusión de las voces inglesas fan (apócope de fanatic; sinónimo de seguidor de alguien o algo famoso) y magazine (revista o publicación periódica), es decir, se trata de publicaciones hechas por grupos de seguidores de alguna manifestación cultural o política; su carácter es no oficial, marginal, alternativo, y su forma de producción podría calificarse de artesanal. Originalmente producidos como octavillas o cuartillas dobladas y engrapadas; muchas veces hechos a mano y fotocopiados (hace décadas se utilizaba todavía una tecnología mecánica fabulosa, el mimeógrafo), los fanzines son una especie de renacimiento de la literatura de cordel, especialmente en cuanto a su función social, identitaria, aglutinadora y afirmativa de grupos sociales ubicados en los márgenes del sistema.
Un espacio privilegiado para la difusión de fanzines en la Ciudad de México ha sido el Tianguis del Chopo, esa iniciativa originada en la UNAM, a las puertas del fabuloso Museo Universitario del Chopo, que ha dado vida a la cultura joven y alternativa de esta ciudad durante décadas. Hoy el museo del Chopo cuenta con un espacio único en el mundo dedicado a preservar digital y materialmente, catalogar y difundir de manera permanente esta forma de edición efímera: la Fanzinoteca. Conócela visitando el Museo Universitario del Chopo, acércate a ella en Desobediente, el archivo digital del museo: https://archivodesobediente.chopo.unam.mx/index.php/Archivo/fanzinoteca.
Referencias
Ameur-Zaïmeche, Rabah (2011). Les chants de Mandrin. Largometraje de ficción histórica. Francia: Sarrazink Productions, Maharaja Films, Centre national du cinéma et de l’image animée (CNC).
Galvão Freire, Adriana (2008). Cordel do Fundo Solidário. São Paulo: AS-PTA.
Mariana Masera es investigadora titular C de tiempo completo en la UNAM y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores nivel III. Es Coordinadora de la Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales de la UNAM (UDIR) en Morelia. Como responsable del Laboratorio de Cultura e Impresos Populares y directora de la Revista Inflexiones ha desempeñado un papel clave en el estudio de las culturas populares. Su trabajo se centra en la literatura popular, la lírica tradicional, los impresos populares y la cultura popular, temas que explora con un enfoque riguroso y comprometido con la difusión y preservación de estas expresiones culturales.
Referencias
Botrel, Jean Françoise (2000). “El género de cordel”. En: Díaz Viana, L. (Coord.), Palabras para el pueblo, vol. 1, Aproximación general a la literatura de cordel. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Göbel, Bárbara, & Müller, Christoph. (2017). “Archivos en movimiento: ¿Qué significa la transformación digital para la internacionalización de los archivos?”. En: Göbel, Bárbara.;, y& Chicote, Gloria. (Eds.), Transiciones inciertas. Archivos, conocimientos y transformación digital en América Latina. Berlín/La Plata: Instituto Iberoamericano de Berlín/Universidad de La Plata.
Foley, John Miles (2002). How to Read an Oral Poem? Chicago: University of Illinois Press.
Foley, John Miles (2012). Oral Tradition and the Internet: Pathways of the Mind. Chicago: University of Illinois Press.
Masera, Mariana (2024). Entre el cordel y la memoria: reflexiones sobre un archivo digital y su resonancia. En S. González Aktories &
M. Masera (Coords.), Oralidades en la era digital: archivos, activaciones, memorias y resonancias (pp. 215-243). Morelia: UDIR-UNAM.
Masera, Masera (2018) Las representaciones de la voz en la literatura del cordel de Vanegas Arroyo (siglos XIX-XX). Cuaderno de la Coordinación de Humanidades. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Masera, Masera (2022) “Orality in Popular Prints: A Voice Palimpsest”. En S. González and S. Klengel (Eds). Open Sccriptures. Notation in Contemporary Artistic Practices in Europe and The Americas. Frankfurt: Iberoamerica Vervuert, pp. 293-310.
Rosa, Harmut (2019). Resonance. A Sociology of Our Relationship to the World. Cambridge: Polity Press.