Entrevista
15 de noviembre de 2024
Cien años de la Facultad de Filosofía y Letras. Entrevista con Mary Frances Rodríguez Van Gort
Por: Ximena Gómez y Carlos Maza
UNAM Internacional: ¿Podrías describir para nuestros lectores lo que está haciendo la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) para conmemorar su centenario? Las actividades que se están realizando, las que ya se realizaron, las que faltan...
Mary Frances Rodríguez: Estamos muy contentos porque empezamos en enero con los coloquios por disciplina. Son dieciséis disciplinas y empezamos organizando un coloquio por cada una. Es creación en conjunto de todos nosotros, no sólo de mi equipo, sino de profesoras y profesores, de alumnos y alumnas, y hemos ido mejorando el proceso sobre la marcha. Empezamos con los coloquios a principios de febrero; el primero fue de Bibliotecología y fue muy bonito. Luego pensamos ¿por qué no invitar a otros colegios? Ya se hicieron en Desarrollo y Gestión Interculturales, Geografía, Historia, y todo eso se enriquece con ponencias e intervenciones de alumnas, alumnos, profesores y profesoras, de toda la comunidad.
Así llegamos a agosto, cuando el rector asistió a uno de los eventos conmemorativos oficiales, porque fue un 22 de agosto cuando el presidente Álvaro Obregón firma el decreto de creación, y no sólo de la FFyL… En 1910, como un resultado de la Revolución, se crea la Escuela Nacional de Altos Estudios. Como sabemos, la universidad tiene quinientos años; en algún momento fue Real y Pontificia, luego Universidad Nacional, luego Escuela Nacional de Altos Estudios, etcétera. Nuestro antecedente más inmediato es la Escuela Nacional de Altos Estudios en 1910 y, en 1924, por este decreto de Álvaro Obregón firmado el 22 de agosto, se establece la creación de la FFyL y de la Facultad de Ciencias, del Colegio de Posgraduados y de la Escuela Nacional Preparatoria. Aunque hay otras fechas conmemorables, la del 22 de agosto fue la que eligió el rector para conmemorar el origen de la facultad en el barrio universitario del Centro Histórico, en el Palacio de la Autonomía. Ahí se llevó a cabo esta ceremonia y se develó una placa.
Pero yo les preguntaba a mis colegas historiadores, ¿cuál es la fecha real? Teníamos esa necesidad desde el año pasado, porque hay cantidad de fechas significativas. El 22 de agosto se emite el decreto presidencial, pero es el 23 de septiembre cuando se da a conocer y hasta el 12 de octubre se publica en el
Diario Oficial, y así nos vamos.
De hecho, en enero del siguiente año, se cierra la facultad, se cancelan todas estas instancias por decreto presidencial porque no hay presupuesto para sostenerlas.
Entonces es importantísimo lo que pasa en Filosofía y Letras porque las profesoras y profesores de ese momento dijeron “¿No hay presupuesto? No importa. Nosotros continuamos”. Y ese acto de generosidad y de visión permitió que la FFyL continuara sus funciones. Así que podíamos celebrar el centenario en 2024 o en 2025; la Facultad de Ciencias, por ejemplo, se tardó siete años más en arrancar. Así las cosas, festejamos el 22 de agosto con ese acto conmemorativo; el 23 de septiembre —conmemorando el día en que se da a conocer el decreto— inauguramos el Coloquio de Historia e hicimos un coloquio internacional inter y transdisciplinar, “El espacio de las humanidades”, en que participaron exponentes importantes de cada disciplina en diálogo con la comunidad.
Hay un decreto del 13 de enero de 1925 por el que se abren de nuevo, formalmente —porque las actividades habían continuado gracias los docentes—, las puertas de la facultad. Otro dato importante es que en marzo de 1954 se inicia la mudanza de Mascarones a Ciudad Universitaria, la FFyL fue la primera facultad que se instaló en el nuevo campus. Para mí, la FFyL es como la puerta de Ciudad Universitaria. Ahora tenemos varias estaciones del Metrobús, las del Metro Copilco y del Metro Universidad; podemos entrar por muchos lados, pero, originalmente, esta era la entrada a CU, flanqueada por la Biblioteca y por la Torre de Rectoría; es una facultad emblemática.
Y seguimos con los coloquios disciplinares. Acabamos de inaugurar el Coloquio de Geografía, en el que participaron invitados de otros colegios, como Historia, Estudios Latinoamericanos, Bibliotecología. Todo fue surgiendo del trabajo colectivo y del diálogo colegiado. Pensamos en organizarnos alrededor de tres grandes problemáticas globales actuales: migración, educación y crisis ambiental, y esos han sido los ejes en los que hemos trabajado todos nuestros coloquios, nuestra Semana Internacional Transdisciplinar, etcétera.
El propósito principal es lograr algo más interdisciplinario. Todo lo que se hace en la FFyL —porque en esta facultad se hace mucha investigación y se producen muchas publicaciones— suele quedar aislado, así que hay que intentar hacer algo más para integrarnos.
Y hemos tenido actividades en las tres sedes históricas de la facultad: el Palacio de la Autonomía, Mascarones, aquí y en el Aula Magna del anexo, donde estamos por inaugurar un nuevo edificio.
UI: Respecto de la matrícula, especialmente en la carrera de filosofía, se habla en todo el mundo de un descenso importante del interés de nuevos estudiantes por inscribirse en esta disciplina. ¿Cómo se vive esto en la FFyL, sigue habiendo interés por estudiar filosofía como licenciatura?
MFR: Sí, sigue habiendo interés en estudiar filosofía como licenciatura. Yo creo que una de las razones es que, cuando nosotros éramos chicos, nuestros papás nos decían: “Ponte a estudiar para que trabajes en algo en que ganes decentemente”. Luego vino todo lo relacionado con el mercado laboral, que empezó a prescindir de ciertos profesionistas, a sustituir personas con máquinas, con gente menos preparada, etcétera. La globalización ha golpeado muy fuerte a las ciencias sociales y a las humanidades, mientras destaca a las ciencias duras y a las ingenierías. Así que sí, ha habido un descenso. Pero recientemente, ante los nuevos contextos de riesgo que enfrentamos, se han revalorado las humanidades.
Yo me dedico al tema de riesgos y los retos que me gusta estudiar son los volcánicos porque te avisan: “Mira, ya aumenté la temperatura”, y se tardan dos años más en ir avisando; tienen un área de influencia bastante acotada. Claro que hay super explosiones, super erupciones, pero tienen en general un área bien acotada, pequeña, normalmente de no más de treinta kilómetros a la redonda. En cambio, otros riesgos son complicadísimos y ahora se habla de riesgos globales, riesgos que podrían acabar con la humanidad. Dentro de esos riesgos está, por supuesto, el cambio climático; los volcanes ni pintan ahí, excepto si hablamos de una mega erupción. Pero el cambio climático sí es global, la crisis ambiental va a generar un aumento del nivel del mar y esto va a influir muchísimo sobre la migración, porque muchas grandes ciudades se van a ver afectadas. O el mal gobierno, la mala gobernanza, es otro de estos riesgos globales. Uno más es la inteligencia artificial, cuyo manejo está considerado por los expertos como algo grave desde el punto de vista tecnológico.
Yo siento que, ante estos riesgos, las humanidades y las ciencias sociales se han revalorado. Los geógrafos somos un poco más prácticos porque producimos mapas, pero en general lo que se produce es el análisis de la situación, eso es lo que aportamos desde las humanidades. Por ejemplo, respecto de la inteligencia artificial, el número de mayo de 2024 de la
Revista de la Universidad abordó el tema, ya lo tenían programado cuando yo le pedí a Guadalupe Nettel que nos diera un número para el centenario. Nos invitó entonces a participar en el número sobre inteligencia artificial: “¿Tienen algo que decir ustedes sobre la inteligencia artificial?”, preguntó. Y le dije que tenemos mucho que decir sobre la inteligencia artificial y bueno, ahí están los artículos [ver
https://www.revistadelauniversidad.mx/releases/81f2621c-2ae2-416d-b1ed-f6a559e351f7/inteligencia-artificial].
Respecto de la gobernanza, tenemos un diplomado que ha sido muy exitoso, en colaboración con otras facultades e impulsado por el Programa Universitario de Gobierno (PUGOB), en el que participan con la FFyL Contaduría, Ciencias Políticas, Economía, Filosofía y Letras, Derecho y FES Acatlán. El tema es gobernanza en sociedades complejas y atañe a los filósofos. Así que la matrícula en filosofía se ha mantenido. Hemos tenido un descenso en Letras Modernas y creemos que ha habido falta de comunicación, así que vamos a hacer un “Orientatón” más ágil y explicativo porque muchos de los interesados consideran que tienen que dominar una lengua extranjera para ingresar a la carrera y no es así. Es importante que se conozcan todas las formas de acompañamiento que hay para ingresar a una de estas carreras; en Modernas tenemos inglesas, francesas, italianas, hispánicas, alemanas y aparte, clásicas.
UI: ¿Se ha sentido el impacto de los nuevos soportes narrativos, como los reels de TikTok y otras redes? Es decir, ¿habría una relación entre un menor interés por la narrativa tradicional y uno mayor por los nuevos soportes multimedia?
MFR: Sí, las formas de comunicación han impactado muchísimo no sólo en las carreras de Letras (los de Letras como que todavía tienen ese gusto, ese amor por la lectura y la escritura), pero en carreras donde ya no se necesita escribir, todo lo quieren generar con inteligencia artificial. Ya no quieren leer nada; cuesta mucho trabajo aproximarse a este contexto. Sí van a impactar sobre la educación fuertemente. Por eso nuestro tercer eje transversal es la educación, junto con crisis ambiental y migración. Aquí en la FFyL tenemos la comunidad más grande y conocida de América Latina en Pedagogía. Tenemos esa carrera en tres niveles así que, ¿qué vamos a hacer con la pedagogía? También tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y no entendiendo esta adaptación en un mal sentido, no para ir detrás de lo que está pasando, sino para ver cómo lo aprovechamos.
UI: ¿Cómo han integrado el estudio de los temas de género en el currículo, las investigaciones y las publicaciones de la facultad? ¿Qué impacto ha tenido en la formación de las y los estudiantes y en la comunidad académica?
MFR: Es una muy bonita pregunta porque en 2019, estando en plena efervescencia, en plena cuarta ola del feminismo, es en la FFyL donde surge la iniciativa de modificación al estatuto de la universidad, cuando se reforman los artículos 95, 98 y 99, y lo primero que ocurre es que se considera la violencia de género como falta grave, algo que no existía. Eso se aprueba en el Consejo Universitario de marzo de 2020, cuando iniciaba la pandemia. De entonces a ahora se ha hecho un trabajo muy fuerte en cuestión de género. El primer impacto se tiene no sólo en la facultad, sino que desde aquí se extiende hacia toda la universidad, es algo muy interesante. Se crea la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM, también en marzo. La propuesta que llegó al Consejo Universitario surgió aquí en la FFyL a fines de 2019.
También surgen entonces las comisiones internas para la igualdad de género (CInIG) en toda la universidad. Obviamente, aquí tenemos nuestra CInIG, y algo que ocurre también es que las profesoras y las alumnas deciden organizarse en algo que denominaron la Comisión Tripartita Autónoma, la CTA, en la que incluyeron también al sector trabajador. Así que está constituida por profesoras, alumnas y trabajadoras. Es autónoma, pero cuenta con todo el apoyo de la facultad desde que yo era secretaria general, antes de ser directora y, por supuesto, como directora. Se toman en cuenta sus opiniones porque ellas están al tanto de lo que pasa en cuestiones de género dentro de la facultad.
Otra cosa en la que la FFyL fue de las primeras es la instauración de la materia “Género, violencia y ética comunitaria”, donde se ven no solamente temas de género, sino sobre todas las cosas, temas de erradicación de violencias de todo tipo, y que también busca fortalecer el tejido comunitario a través de la ética comunitaria. Es una materia obligatoria para todo el alumnado, tanto del sistema escolarizado como del abierto. La facultad tiene dieciséis disciplinas que se convierten en veinticuatro planes de estudio, veinticuatro carreras, porque se replican en el Sistema de Universidad Abierta y, en los veinticuatro planes de estudio, esa materia es obligatoria —las y los alumnos necesitan haberla cursado para inscribirse al quinto semestre— y tiene estos propósitos de fortalecer la comunidad de manera ética y sin violencia, con respeto a los derechos humanos. Tenemos ahora veinte grupos en cada semestre y creemos que su impacto fundamental se puede apreciar en cómo han ido cambiando los procesos de diálogo y de escucha. Iba a decir “de inconformidad”, pero más que eso, se trata de diálogo y escucha. Se ha buscado que ese diálogo incluya el uso de los protocolos de denuncia. Para este año tenemos sesenta docentes, mayoritariamente profesoras, que han participado y han impartido esa materia sobre violencia de género y ética comunitaria.
En cuanto al impacto en los estudiantes, hasta ahora las cifras son de más de seis mil estudiantes que han tomado esa asignatura, exactamente 6 mil 157 desde 2021 —cuando se empezó a impartir— hasta 2024. Creemos que ha tenido un impacto importante. Yo siento que se ve mucho, por poner un ejemplo, en que cada vez hay menos conflictos del tipo de los que se vivieron frecuentemente después de la pandemia, al regresar a la presencialidad, cuando todos nos deprimimos con el confinamiento y con esa guadaña encima amenazando que en cualquier momento puedes morir tú o tus familiares. Teníamos muchos conflictos y eso dejó de ocurrir. Igualmente, las pintas eran muy agresivas y ahora tienen más sentido, han ido regresando a lo que eran las pintas de antes de la pandemia.
En cuanto a la atención de denuncias, durante el periodo en que yo he sido directora hemos atendido un poquito más de cien denuncias, que son muy importantes porque dan visibilidad a las personas denunciantes y se va marcando una menor tolerancia ante este tipo de violencia. Creo que las chicas y los chicos, y las profesoras inclusive, han entendido que hay que seguir el protocolo de denuncia en la Defensoría de los Derechos Universitarios —aunque tiene que mejorarse—, pero tiene utilidad. Porque de la otra manera, aunque los funemos mucho, nadie los castiga; nadie, no hay disciplina, no hay una sanción. En cambio, si llevan a cabo el procedimiento —que es complicado para las víctimas—, al final hay un profesor o un alumno suspendido, una sanción, una exhortación, etcétera.
UI: Todavía se ven en las paredes de la facultad denuncias contra alguna persona acosadora, ¿se actúa ante esas denuncias no protocolarias?
MFR: Es el “tendedero”, empezó así porque literalmente tendían los papelitos. Ahora es un muro; ha ido perdiendo vigencia porque hemos ido atendiendo las denuncias. Somos una de las pocas facultades que tiene una delegación de la defensoría in situ, en la torre de la facultad. Ahí colaboran una abogada, tres psicólogas y una gestora. No en todas las facultades existe esto, que es una más de las cosas que se hacen aquí en la FFyL. Yo le pedí a la CTA que hicieran un seguimiento de lo que pasaba y resultó que la mayoría de los profesores denunciados por esos medios anónimos ya no están en la facultad; algunos fueron sancionados porque además de ponerlos en el muro, alguien sí los denunció y fueron reprendidos. Nosotros, como titulares de las entidades, tenemos que estar de acuerdo con la defensoría, es esta instancia la que lleva el protocolo, en colaboración con la oficina del Abogado General, y nosotros hacemos el seguimiento.
También tenemos una oficina jurídica con una abogada titular y dos auxiliares, y desde que llegué les he pedido a las abogadas que apoyemos los casos. A veces se requiere una denuncia penal y entonces hay que acompañarles —no es que tengamos que hacerlo— pero aquí intentamos ir con ellas al Ministerio Público y decirles cómo es el proceso.
También tenemos el programa “Espora psicológica”, un programa de la Facultad de Psicología con especialistas para la atención emocional. El protocolo va a la Defensoría, pero ayudamos desde la facultad con la Oficina Jurídica y con el programa Espora para darles apoyo a las víctimas y denunciantes.
Además, tenemos un curso propedéutico, derivado de una de las sugerencias de las mujeres organizadas que pedían una materia obligatoria en primer semestre. La pusimos en cuarto semestre, es decir que los alumnos y alumnas tienen dos años para cursarla. Y estamos incluyendo temas de discapacidad porque las personas con discapacidades también tienen derecho a la educación y a la vida libre de violencias. Las personas con alguna discapacidad pueden sufrir algún tipo de violencia; la primera de ellas es la de las instalaciones mismas que no son suficientemente adecuadas. Así que, incorporamos este tema en el propedéutico y ahora estamos por hacer la evaluación de la materia de género; habíamos programado hacerla dos años después de iniciada su aplicación y ya van casi tres y medio.
UI: Tú eres geógrafa, una disciplina que en la actualidad ha tomado una importancia transversal en muchas áreas del conocimiento y se estudia en la FFyL
MFR: Antes, si llegabas a tu casa a decir que querías estudiar geografía, te decían: “te vas a morir de hambre”. Ahora es una carrera fundamental para entender el actuar de todo en todos los ecosistemas, en las ciudades, en diferentes entornos, en la economía. Eso es interesante pues puede incidir también en la población universitaria y en cómo los jóvenes perciben de manera diferente qué pueden estudiar y las vastas oportunidades que tienen para desarrollarse. A mí me tocó eso de “¿Qué vas a estudiar?, pero ¿por qué?”. Una maestra en primer semestre nos decía: “Vayan ahorrando para comprarse un carrito de hot dogs para que de algo se mantengan”. Ahora vi en una revista una nota sobre las cinco carreras mejor pagadas y ahí estaba Geografía.
Mary Frances Rodríguez Van Gort es geógrafa por la UNAM. Dirige la FFyL desde 2021; antes de eso fue la Secretaria General de la misma.
Ximena Gómez es coordinadora de Comunicación e Imagen en la DGECI y editora de UNAM Internacional.
Carlos Maza es coordinador de Programas Internacionales en la DGECI y editor de UNAM Internacional.