Experiencias   
31 de julio de 2024

Descubrir horizontes: más que un sueño. Mi viaje a Salamanca

Por: Edgar Alcántara Guerrero
Todo comenzó con el interés y el anhelo de expandir mis horizontes más allá de lo conocido. Al principio, estos deseos se tornaron oscuros y lejanos debido a la situación que el mundo estaba viviendo por la pandemia de COVID-19 que causó cierres de fronteras y evitó el tránsito internacional de personas. 

Mi viaje a Salamanca, España, se convirtió en un estallido de emociones y sentimientos difíciles de describir. Fue un camino que me condujo hacia el conocimiento, una travesía que transformó mi perspectiva y encendió una pasión intelectual por querer saber más. Esta odisea personal en el mundo del derecho —concretamente del derecho comparado—, se enfocó en el minucioso estudio de la regulación jurídica, en México y en España, sobre la adopción homoparental, tema actual y trascendental en la sociedad que me hizo darme cuenta de que no existen diferencias a pesar de las latitudes, ya que se persigue un mismo fin. 

La vivencia de investigar, estudiar y ser dirigido por un académico de la Universidad de Salamanca, USal, una de las tres universidades más antiguas de Europa, me presentó un catálogo de opciones y despertó un deseo enorme por seguir formándome y aprendiendo cada día más. El viaje trajo consigo experiencias enriquecedoras que me permitieron desentrañar las complejidades y los matices de la formación y del sistema educativo en México y España. El tema de mi investigación resultó ser un desafío apasionante y revelador para mi vida profesional, ya que pude adentrarme en el análisis detallado de las diferencias y las similitudes legales entre ambos países. Me percaté de que la igualdad, los derechos individuales y el bienestar de las infancias son temas relevantes, imposibles de dejar de lado. Cada artículo, cada normativa estudiada representó un eslabón en la comprensión de la interacción entre el contexto social, las leyes y la protección de los derechos humanos. 

Mi investigación se convirtió en un viaje de autodescubrimiento. No sólo se trataba de acumular datos y analizar legislaciones sino también de sumergirme en la complejidad de las realidades sociales y culturales que influyen en la implementación y percepción de las leyes. Fue un desafío más allá de la teoría que me dio la oportunidad de conectar con historias de vida reales, entendiendo una a una las implicaciones de estas regulaciones en las vidas de las personas y, sobre todo, dándome cuenta de la gran importancia que tiene el estudio de campo. 

La experiencia en el país ibérico no sólo enriqueció mis conocimientos académicos, sino que también influyó profundamente en mi perspectiva sobre la trascendencia de la justicia, la igualdad y el compromiso social en el ámbito legal, sin importar las fronteras geográficas. La USal no sólo fue una fuente de aprendizaje académico sino también un espacio donde tuve el privilegio de conocer y compartir experiencias con estudiantes de diversas partes del mundo. 

Durante mi tiempo en la universidad, fue revelador descubrir que, a pesar de nuestras diferentes tradiciones y lenguajes, todos compartíamos metas e intereses comunes de aprendizaje para contribuir al campo legal y a la sociedad en general. Esta diversidad cultural enriqueció aún más mi experiencia educativa, brindándome una comprensión más profunda de la universalidad de los principios jurídicos y fortaleciendo mi convicción en la importancia de la colaboración global en la construcción de un sistema legal más justo e igualitario. 

La decisión de viajar miles de kilómetros lejos de mi país para realizar dicha investigación representó no sólo el logro más grande dentro de mis objetivos académicos sino también la apertura de una ventana hacia un mundo de posibilidades y descubrimientos personales, pues me encontraba en un país con una cultura diferente. Poco a poco pude adaptarme y comencé a disfrutar todo lo que España tenía para ofrecerme fuera de la cotidianidad. 

Este viaje fue una aventura de retos intelectuales que ayudaron a moldear y a desarrollar mi pensamiento, ampliando mi visión del mundo y reafirmando mi compromiso con un crecimiento continuo como estudiante,  profesionista, y como individuo que está en constante evolución. 
La experiencia, de igual manera, ayudó a definir claramente el área del derecho en la que quería desarrollarme profesionalmente. La inmersión en el estudio comparado me impulsó a buscar una especialización más profunda y, con el paso del tiempo, me llevó a considerar nuevamente la posibilidad de emprender estudios en el extranjero. 

Todo lo vivido en esta travesía equilibró mi pensamiento y mis percepciones, y amplió mi visión sobre mi entorno. La experiencia sigue siendo indescriptible cuando intento plasmar su impacto en palabras; su influencia fue tanto profunda como gratificante, contribuyendo de manera inigualable a mi crecimiento. Más allá de la acumulación de datos y la adquisición de conocimiento técnico, se trató de un catalizador de cambio personal que me dotó de una perspectiva más global y sensible, permitiéndome abordar los desafíos académicos y personales con una mentalidad abierta y comprensiva. Cada día, todo lo vivido entonces me ha impulsado a crecer, a desafiar mis límites y a nutrir mi desarrollo académico y humano. 

Cada vez que recuerdo el viaje mente, alma y corazón vuelven a estallar de felicidad, como si me encontrase nuevamente en ese sitio. Fue una gran puerta a oportunidades gratificantes en mi vida. Agradezco profundamente a la UNAM, mi hogar durante aproximadamente ocho años, un período en el que experimenté un notable crecimiento personal y académico. La decisión de destacar su nombre en un contexto internacional no sólo es un gesto de gratitud sino también un reconocimiento a la institución que ha contribuido de manera significativa a mi formación. 

Exhorto a todos los jóvenes a que, sin dudarlo, consideren la posibilidad de postularse para una beca que les permita llevar a cabo una estancia de investigación o de estudios en el extranjero. Esta oportunidad va más allá de la adquisición de conocimientos académicos; representa un camino hacia el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades interculturales.
Edgar Alcántara Guerrero estudió en la Facultad de Derecho de la UNAM y realizó la movilidad estudiantil de enero a marzo de 2021. 
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