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31 de julio de 2024
Corredores migratorios de Centroamérica a Estados Unidos. México entre el tránsito y la contención migratoria
Por: Guillermo Castillo Ramírez
MIGRACIONES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Las migraciones internacionales no son procesos sociales nuevos ni se ubican sólo en ciertas regiones; están en diversas latitudes del mundo e involucran a hombres y mujeres de diferentes grupos de edad. Estos procesos sociales, presentes desde hace siglos, son causados por diversas necesidades y han tenido un papel muy relevante en diferentes ámbitos: desde la conformación de los estados nacionales modernos y la generación de programas de desarrollo y circuitos regionales y mundiales de trabajo y comercio, hasta el crecimiento de las ciudades, la acelerada urbanización y la creación de barrios étnicos y enclaves culturales en diferentes países y regiones del orbe.
De acuerdo con el
Informe sobre las migraciones en el mundo de la Organización Mundial de las Migraciones (OIM, 2024, ver
https://worldmigrationreport.iom.int/es), se estima que hay alrededor de doscientos ochenta y un millones de personas migrantes internacionales en el mundo (aproximadamente el 3.6 por ciento de la población mundial), la mayoría de ellas se encuentra en edad laboral y también se observa un incremento en el número de mujeres migrantes. Los principales países de destino tienen economías de altos ingresos, se ubican generalmente en el Norte global y reciben poblaciones extranjeras de diferentes regiones por diversas causas.
Según el citado informe de la OIM, los países con más personas migrantes internacionales son, en primer lugar, Estados Unidos (con más de cincuenta y un millones de personas inmigrantes), después Alemania (con casi dieciséis millones), en tercer puesto Arabía Saudita (con trece millones), luego Rusia (con doce millones) y en quinto sitio el Reino Unido (con nueve millones). En lo que respecta a los países que expulsan más personas migrantes, el escenario es el siguiente: India tuvo el primer puesto (con dieciocho millones de personas migrantes), después México (con aproximadamente once millones), en tercer lugar, Rusia (con poco menos de once millones), luego China (con aproximadamente diez millones) y en quinto sitio Siria (con más de ocho millones).
MÉXICO Y SU POSICIÓN EN LOS CORREDORES MIGRATORIOS DE AMÉRICA
En el caso del continente americano, Estados Unidos es el principal país de destino de diversas poblaciones de Norte, Centro y Sudamérica y también ocupa el primer sitio global, recibiendo poblaciones de países extracontinentales como China e India, entre muchos otros. Por su parte, México, desde gran parte del siglo XX, fue el principal país expulsor de personas migrantes del continente y sus migraciones se dirigían hacia el Norte global (principalmente hacia Estados Unidos). Hasta hace poco tiempo, de acuerdo con el último informe de la OIM, se calculaba en poco más de once millones el número de mexicanas y mexicanos en territorio estadounidense. No obstante, si bien es cierto que México, por largo tiempo ha sido principalmente un territorio de origen de personas migrantes, desde finales del siglo pasado también ha tenido otros procesos dentro de los corredores migratorios que unen Centro y Norteamérica. Dada su relevancia y las poblaciones involucradas destacan cuatro dinámicas: deportación, retorno, tránsito y refugio.
Deportación
México se ha convertido en un país que recibe a miles de personas deportadas, principalmente mexicanas, retornadas de manera forzada desde Estados Unidos. Esto ha venido aconteciendo con mayor intensidad desde las últimas dos décadas, bajo los gobiernos estadounidenses de George Bush, Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden.
Retorno
México se ha consolidado también como país de migración de retorno. Es el caso de miles de connacionales que deciden, “voluntariamente”, regresar a México después de años de trabajar en el extranjero, principalmente en Estados Unidos.
Tránsito
Hay otro proceso que se ha venido visibilizando y ha adquirido una presencia mediática muy destacada. Por su ubicación geográfica, ya desde finales del siglo XX México se ha convertido en territorio de tránsito obligado para diferentes grupos de migrantes que desean llegar a los países con economías de altos ingresos de Norteamérica. Se trata de poblaciones que, desde la región norte de Centroamérica (y en menor medida del sur del continente y de otras regiones extracontinentales), han migrado por vía terrestre, sin documentos migratorios, a través del istmo centroamericano y cruzan en muy precarias condiciones el territorio mexicano con la intención de llegar a Estados Unidos. Miles de personas participan en estas migraciones cada año.
Refugio
En menor medida, México también se ha vuelto un país de destino temporal o permanente para algunas de estas poblaciones que esperan arribar y asentarse en Estados Unidos, pero que, tras diversas adversidades y ante la imposibilidad de llegar y permanecer en suelo estadounidense, terminan quedándose en diferentes lugares de México.
MÉXICO: TERRITORIO DE CONTENCIÓN DE POBLACIONES MIGRANTES
Respecto de la condición de tránsito para diferentes flujos migratorios, desde hace años México también se ha vuelto un territorio de contención de estas poblaciones extranjeras que, sin documentación migratoria, pretenden llegar a territorio estadounidense. Desde la década pasada y, en buena medida, como consecuencia de la presión de las recientes administraciones estadounidenses sobre los gobiernos mexicanos, miles de estas personas migrantes, muchas de ellas provenientes, desde hace años, de Honduras, El Salvador, Guatemala y, más recientemente, de Venezuela y Cuba, son detenidas por las autoridades migratorias mexicanas en diferentes puntos del territorio nacional. La gran mayoría de esas detenciones se lleva a cabo en entidades federativas fronterizas, sobre todo del sur del país, y en menor medida del norte. De estas miles de personas migrantes detenidas anualmente, una gran mayoría (en especial las procedentes del norte de Centroamérica) son deportadas y forzadas a volver a sus países de origen, incluso si en sus lugares de procedencia las condiciones de vida son muy difíciles y sus vidas quedan en riesgo.
El uso de detenciones y deportaciones como formas de control migratorio ya se había presentado con fuerte intensidad en momentos específicos de la década pasada. Tales fueron los casos de la crisis de menores no acompañados en la frontera México-Estados Unidos en el verano de 2014 y, más recientemente, las caravanas migrantes con destino a la frontera norte mexicana de 2018 y 2019.
No obstante, durante el segundo y el tercer año de la pandemia de COVID-19 (2021 y 2022), bajo la influencia de los gobiernos estadounidenses para imponer su agenda antiinmigrante, estas expresiones de control migratorio en México se mostraron con abierta crudeza. No pocas veces las detenciones y deportaciones realizadas por autoridades migratorias mexicanas se dieron en contextos donde las personas migrantes fueron agredidas y se vulneraron sus derechos humanos a la libertad de tránsito, al trato digno, a solicitar protección internacional, al respeto de su integridad física y al acceso a servicios de salud, entre otros. Como han mostrado diversas investigaciones académicas e informes de organizaciones de derechos humanos, mientras el eje de la política migratoria mexicana sea la “seguridad nacional” y esté en función de los intereses gubernamentales estadounidenses, las personas migrantes seguirán sufriendo violencia y no será respetada su dignidad humana ni garantizada su seguridad. Es necesario un viraje drástico para que en el centro de la política migratoria esté el ejercicio de y el respeto irrestricto a los derechos de las personas extranjeras en tránsito migratorio a través de México.
Es pertinente tener presente que las migraciones internacionales son dinámicas con diversas aristas (económicas, sociopolíticas e históricas), que incorporan a poblaciones y países diferentes. Por ello es necesario plantear políticas migratorias y fronterizas que visibilicen y garanticen los derechos de todas las partes involucradas (especialmente a las poblaciones extranjeras) y poner énfasis en un encuadre en el que se cumplan las leyes que pongan como prioridad el respeto a la dignidad de los migrantes. Desde hace años, la UNAM desarrolla esfuerzos sistemáticos en este ámbito.
EL ESTUDIO DE LAS MIGRACIONES DESDE LA GEOGRAFÍA EN LA UNAM
Dentro del vasto campo de estudio de las migraciones se han hecho diferentes y relevantes aportes desde varias disciplinas (economía, ciencia política, historia, sociología, antropología, relaciones internacionales y derecho). En la UNAM hay personas que realizan investigación y diferentes grupos de trabajo en las facultades de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y de Economía (FE), en centros como el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) y el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), y en institutos como el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y el Instituto de Geografía (IGg). También hay seminarios especializados, como el Seminario Universitario de Estudios sobre Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER), que realiza un intenso trabajo en los ámbitos de educación, difusión, investigación y vinculación con la sociedad civil.
En el IGg particularmente, como parte de los estudios sobre población que realiza el Departamento de Geografía Social, se han trabajado tres ejes de investigación sobre esta temática en la última década. El abordaje se ha hecho desde perspectivas geográficas relacionadas con el análisis espacial de las migraciones, los procesos de construcción de territorios rurales y las dinámicas de producción de fronteras en contextos binacionales.
El primero de dichos ejes —análisis espacial de las migraciones— aborda los procesos de caracterización espacial de flujos de poblaciones migrantes irregularizadas, aquellas cuyos integrantes no cuentan con documentos migratorios y con dirección al Norte global. Se han desarrollado estudios sobre las migraciones mexicanas sin documentos migratorios (con especial énfasis en las del sur del país) que se dirigen a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida y trabajo, y en el contexto de los efectos económicos negativos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y del consecuente deterioro de las condiciones de vida del sur de México. Como parte de este eje también se ha abordado la situación de México en los corredores migratorios Centro-Norteamérica, así como una descripción de las migraciones de poblaciones procedentes del norte de Centroamérica con dirección a territorio estadounidense.
El segundo eje, sobre procesos de construcción de territorios rurales, abarca trabajos sobre las repercusiones de los procesos migratorios de México a Estados Unidos en los lugares de origen, particularmente en el marco de las relaciones entre población, territorio y cambios socioeconómicos. En este sentido se han abordado las dinámicas de cómo las migraciones internacionales (y sus respectivos impactos) han generado una serie de transformaciones en los procesos de construcción del territorio en comunidades rurales de origen, particularmente en contextos étnico-campesinos del sur de México. Uno de los principales elementos de este eje es pensar las formas en que se reconfiguran las comunidades rurales y sus territorios a raíz de la migración.
El tercer eje de trabajo —dinámicas de producción de fronteras en contextos binacionales— se ha orientado al abordaje de las relaciones socioterritoriales entre migraciones centroamericanas irregularizadas, las políticas migratorias del gobierno mexicano y la producción de fronteras estatales, en el contexto del sur del país, para el periodo de las caravanas migrantes y de la pandemia de COVID-19. Una de las ideas clave de este eje es mostrar cómo México ya no es sólo un país bisagra (de enlace y tránsito) entre Centroamérica y Estados Unidos, como lo había sido desde finales del siglo XX, sino que también se ha convertido en un territorio de contención migratoria que ha supuesto diversos procesos de violencia hacia las personas migrantes [ver recuadro].
Finalmente, es necesario reiterar que las migraciones internacionales son procesos complejos que incluyen a diversos actores e instituciones. Las migraciones requieren abordajes de política pública que no sólo reconozcan a todos los involucrados (especialmente a las poblaciones extranjeras), sino que señalen también que los estados nacionales de origen, tránsito y destino deben respetar los derechos humanos de todas las personas migrantes.
Publicaciones sobre migraciones del Instituto de Geografía de la UNAM
Migraciones centroamericanas en México. Procesos socioespaciales y dinámicas de exclusión
En este libro, con colaboraciones de siete especialistas, se discute desde las aproximaciones teóricas y los contextos históricos de la migración, hasta la aplicación de instrumentos de registro como la encuesta sobre migración de la frontera sur. Las investigaciones compiladas aquí permiten caracterizar reordenamientos territoriales, redistribuciones poblacionales, identidades culturales de poblaciones migrantes y muchas aristas más de la problemática. Dice la cuarta de forros sobre el objetivo del texto:
“a través de diversos casos de estudio […] describir y analizar los procesos de las migraciones originadas en el Norte de Centroamérica de diferentes grupos sociales y a través del México contemporáneo, con particular énfasis en las dinámicas socioespaciales y de exclusión y violencia que experimentan estos centroamericanos, como sujetos sociales en tránsito irregularizado por el país”.
Castillo Ramírez, Guillermo (coord.). (2022).
Migraciones centroamericanas en México. Procesos socioespaciales y dinámicas de exclusión. Colección: Geografía para el siglo XXI. Serie: Libros de investigación, núm. 36. México: Instituto de Geografía, UNAM. http://www.publicaciones.igg.unam.mx/index.php/ig/catalog/view/182/174/1005-1
Procesos territoriales en México. Conflictos y actores sociales en contextos étnico-rurales
Con aportaciones de cinco especialistas, esta publicación aborda diversos contextos que influyen en movimientos migratorios como la minería especulativa; la modernización excluyente; las vivencias de la autonomía local; reterritorializaciones, y el papel de los saberes tradicionales en la construcción de la territorialidad. En su contraportada invita así: “Este libro, mediante diferentes estudios de caso, aborda diversos procesos territoriales relacionados a dinámicas de conflicto social, estrategias de resistencia y prácticas de agencia social de diferentes actores étnicos”.
Castillo Ramírez, Guillermo (coord.). (2022). Procesos territoriales en México. Conflictos y actores sociales en contextos étnico-rurales. Colección: Geografía para el siglo XXI. Serie: Libros de investigación, núm. 31. México: Instituto de Geografía, UNAM. http://www.publicaciones.igg.unam.mx/index.php/ig/catalog/view/191/164/961-1.
Guillermo Castillo Ramírez es doctor en antropología por la UNAM; está adscrito al Departamento de Geografía Social del Instituto de Geografía. Sus líneas de investigación son: migración interna y migración internacional, procesos territoriales y fronteras.
Referencias
Castillo Ramírez, Guillermo (coord.). (2022).
Migraciones centroamericanas en México. Procesos socioespaciales y dinámicas de exclusión. Colección: Geografía para el siglo XXI. Serie: Libros de investigación, núm. 36. México: Instituto de Geografía, UNAM.
http://www.publicaciones.igg.unam.mx/index.php/ig/catalog/view/182/174/1005-1
Castillo Ramírez, Guillermo (coord.). (2022).
Procesos territoriales en México. Conflictos y actores sociales en contextos étnico-rurales. Colección: Geografía para el siglo XXI. Serie: Libros de investigación, núm. 31. México: Instituto de Geografía, UNAM.
http://www.publicaciones.igg.unam.mx/index.php/ig/catalog/view/191/164/961-1