Experiencias
29 de septiembre de 2023
Un hogar en mí misma. Mi viaje de estudios a Finlandia
Por: Karla de la Rosa González
Como parte de mis estudios de licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) cursé el equivalente al séptimo semestre de la carrera de Relaciones Internacionales en Åbo Akademi University (ÅAU) en la ciudad de Turku, Finlandia, durante el segundo semestre de 2022, y en un contexto internacional convulso debido al conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
La ÅAU es una institución comprometida con la formación de estudiantes de todo el mundo, a quienes guía a través del estilo de vida finlandés, de su cultura, su política, su economía y sus formas de ver el mundo. Ahí tuve la oportunidad de apreciar diversos puntos de vista alrededor de fenómenos como el desarrollo, el colonialismo y la importancia de las relaciones internacionales hoy en día, algo fundamental para una estudiante de ciencias sociales. Fue interesante comparar los conocimientos y habilidades obtenidos en la FCPyS con los de mis compañeros y compañeras, provenientes de países, carreras e ideologías muy diferentes. Además, fue grato observar cómo los contextos en los que crecimos nos moldean en muchos ámbitos, sin que eso signifique que no podemos coincidir en diversos aspectos.
Llevé cuatro cursos que me auxiliaron en la comprensión de la política y el derecho europeos, así como en mi capacidad para apreciar de cerca el funcionamiento de la Unión Europea como organismo valioso para la dinámica internacional actual; sin embargo, quiero destacar la importancia que tuvieron para mi desarrollo académico y personal los cursos de “Protección internacional de los derechos humanos” y “La ley de la guerra y el conflicto armado”, en relación con mi interés por la protección de poblaciones desplazadas por estos enfrentamientos, así como su papel en ellos. Los temas que se tocaron en ambas asignaturas me parecieron esenciales para comprender el contexto mundial actual.
Finlandia es un país interesado en evitar conflictos armados y promueve el diálogo internacional para la solución de controversias. Por su cercanía geográfica con Rusia y, en menor medida, con Ucrania, el país podría incluso verse involucrado en el conflicto y su población fronteriza podría ser afectada, lo que me llevó a vivir el fenómeno de una manera que no podría haber anticipado.
Los cursos me permitieron conocer la cantidad de violaciones a los derechos humanos que han tenido lugar desde el inicio de las agresiones, además de lo vital que resulta denunciar las injusticias y apelar al respeto de los derechos de las personas que se han visto afectadas. Las aportaciones de mis pares en clase sobre la forma en que han vivido el conflicto me permitieron ampliar y fortalecer mi propia perspectiva, lo que no habría logrado sin estudiar de cerca la situación.
A pesar de la cercanía a estos territorios, la situación no se tradujo en un sentimiento de inseguridad; no me sentí expuesta en ningún momento, pero las circunstancias sí me permitieron conocer personas que habían vivido estos eventos de cerca o cuyas familias aún permanecen en peligro. Es el caso de Yana, mi compañera de cuarto durante mi estadía en Finlandia, de nacionalidad ucraniana y cuyos familiares y amigos se encuentran todavía en el país a merced de las constantes agresiones rusas. Con ella pude observar claramente la incertidumbre en la que ha tenido que vivir la población ucraniana ante los constantes ataques que han tenido lugar desde febrero de 2022.
Yana y otros compañeros ucranianos tenían que vivir día a día con el miedo y la incertidumbre de que sus familias estuvieran a salvo, lo que hizo que mi interés por la protección de las poblaciones durante los conflictos armados creciera. Está claro que los mecanismos internacionales dedicados a salvaguardar la vida de civiles e inocentes durante estos eventos no han sido suficientes y mi cercana convivencia con este conflicto me inspiró para poner también mi granito de arena en el mejoramiento de dichas condiciones.
Así, la movilidad me brindó la oportunidad de salir de mi zona de confort y enfrentarme a retos que jamás hubiera imaginado. Estar lejos de mi familia, de mis amigos cercanos, de mi país, su gente y cultura, me hizo apreciar las enseñanzas y el apoyo que me han brindado, sumados a la calidez con la que vivo comúnmente.
Aunque fue difícil enfrentar sola algunos retos por primera vez, el sentido de independencia y capacidad que me brindó la experiencia fueron dos de las cosas por las que más agradecida estoy. Aprendí a convivir en idiomas diferentes al mío, a celebrar pequeñas victorias personales (como aprender a cocinar y a mantener limpio y ordenado mi departamento); a respetar mi espacio y a cuidar a mis amistades.
Convivir con mis amigos de la forma en la que lo hice, tan estrecha y formando un hogar en el extranjero, me ayudó a valorar siempre a las personas que tengo a mi alrededor, a escucharlas, cuidarlas, abrazarlas y a disfrutar el tiempo con ellas. Finlandia es un país cuyo clima y condiciones extremas pueden llegar a resultar difíciles, por lo que formar amistades que ayuden a sobrellevarlas es vital; me alegra decir que pude encontrarlas.
También experimenté la convivencia con mi compañera de departamento, quien me enseñó a valorar todos los días el hecho de poder hablar con mi familia a pesar de haber una enorme distancia entre nosotros, y aprendí que no debemos dar por sentadas a las personas quienes nos rodean ni a la vida que llevamos. Mi compañera ucraniana buscaba disfrutar su intercambio y encontrar una normalidad a pesar de la incertidumbre cotidiana, sumada al dolor de saber lo que estaba pasando en su país.
Yana me enseñó a encontrar alegría y tranquilidad en las cosas más pequeñas, como cocinar platos típicos para recordar a sus familiares, escuchar música en su idioma para no extrañar hablarlo y no tener miedo a buscar apoyo en los demás. Gracias a ella y a su forma de vivir los momentos al máximo a pesar de la adversidad, me di cuenta de lo importante que es demostrar amor a nuestros conocidos y valorar su presencia.
Además, adaptarme al clima más frío que había experimentado nunca y a la oscuridad con la que se viven los días de invierno en este país nórdico, me permitió darme cuenta de que tengo la capacidad de vivir en condiciones distintas a las que estoy acostumbrada y a encontrar un hogar en mí misma sin importar el lugar en que me encuentre. Sin duda mi experiencia en Turku se traduce en crecimiento personal; me emociona saber que pude vencer muchos miedos sola y que, al mismo tiempo, encontré personas que complementaron mi camino.
Una de las experiencias que más marcaron mi intercambio fue mi viaje a Laponia, una región del mundo en la que la gente se enfrenta a condiciones completamente diferentes a las que la mayoría estamos acostumbrados. Se encuentra en el norte de Finlandia, Noruega, Rusia y Suecia, y limita con el océano Ártico. Realicé el viaje a finales de noviembre de 2022 con mis amigos como parte de una experiencia diseñada para estudiantes de intercambio y, además de transformar la forma en la que convivimos, nos permitió vivir días en los que la luz del sol brillaba durante sólo tres horas diarias.
Haber observado formas tan distintas de vivir, en las que la gente tiene que encontrar la manera de seguir con su vida a pesar de que oscurezca antes de las once de la mañana y el clima alcance los treinta grados bajo cero, nos hizo comprender mejor por qué encontrar una comunidad es tan importante. En Laponia también tuve la oportunidad de viajar al océano Ártico, visitar un pequeño poblado noruego y nadar en las aguas del océano a cero grados, después de ingresar al típico sauna; fue una experiencia retadora y muy emocionante
Una de las experiencias que más marcaron mi intercambio fue haber tenido la oportunidad de hacer realidad uno de mis más grandes sueños de la infancia: ver auroras boreales. Fue un momento que me hizo reflexionar y agradecer el hecho de que, sin planearlo, la vida puede otorgarnos regalos increíbles: es sin duda alguna una sensación con la que me voy a quedar siempre pues fui testigo de uno de los fenómenos naturales más sorprendentes y me hizo sentir agradecida de haberme esforzado por obtener el intercambio.
Karla de la Rosa González estudia relaciones internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Participó en el programa de movilidad estudiantil en la Åbo Akademi University de Finlandia, durante el otoño de 2022.