Entrevista   
31 de marzo de 2023

Frida en África. Entrevista con Bárbara Rousseaux, Perla Labarthe y María Teresa Moya

Por: Arturo Mendoza
Bárbara Rousseaux, Perla Labarthe y María Teresa Moya han participado en una colaboración única en la cual se exhibe una obra de la pintora Frida Kahlo por primera vez, no sólo en Sudáfrica sino en el continente africano.

Arturo Mendoza: ¿Qué es la JCAF y cuál es su objetivo?
Bárbara Rousseaux: La Fundación de Arte Contemporáneo de Joburg (JCAF por sus siglas en inglés) es una organización sin fines de lucro que funciona desde 2020 como un proyecto filantrópico, gratuito para los visitantes. El objetivo es acercar exhibiciones que normalmente no vienen a Sudáfrica, a un público sudafricano y posicionar a la JCAF como una institución sudafricana de prestigio mundial. Tenemos tres ejes muy importantes que son la investigación, la tecnología y las exhibiciones.

AM: La nueva exhibición de la JCAF se llama Kahlo, Sher-Gil, Stern: identidades modernistas del sur global, ¿en qué consiste la exhibición y por qué estas tres artistas? 
BR: La exhibición compara un poco los caminos de estas tres artistas que son patrimonio nacional de tres países: de México, Frida Kahlo; de India, Amrita Sher-Gil y de Sudáfrica, Irma Stern. La exhibición cierra nuestro primer tema alrededor de mujeres en el sur global. Esta tercera exhibición queríamos que fuera de artistas icónicas en el modernismo, queríamos focalizarnos en retratos y autorretratos. Frida Kahlo y Amrita Sher-Gil hicieron muchísimos autorretratos, entonces nos interesaba el diálogo entre lo que es la historia personal a través del reflejo de ellas mismas. Irma Stern, por su lado, nunca hizo un autorretrato, pero nos interesaba también el retrato. Sher-Gil, por ejemplo, hizo varios, como la obra que estamos exhibiendo del retrato de sus tres sobrinas. Ella también pintaba gente en la calle en Nueva Delhi; siempre hay algo que se dice sobre ellas mismas, representando sus historias personales a través de sus propios cuerpos e identidades y también a través de los otros. 

AM: Es la primera obra de Frida Kahlo que llega al continente africano, ¿nos podrías comentar un poco sobre el significado de este hecho para el continente y, por supuesto, para Sudáfrica y para la JCAF?
BR: Creo que algo muy importante es que Amrita Sher-Gil, quien también es patrimonio nacional de la India, es la primera vez que está en África y también es la primera vez que estas tres artistas se exhiben juntas; muchas cosas se suman. Frida Kahlo, obviamente, llama la atención de más público. Fue como el boom de Frida, pero para nosotros es importante hacer hincapié en que las audiencias sudafricanas probablemente no puedan viajar a París, a México o a Estados Unidos a ver estas obras. Para nosotros es un tema de accesibilidad y un tema de posicionamiento el hacer accesibles para la gente en Sudáfrica estas piezas, estas fotografías, estos objetos.

AM: ¿Cómo se seleccionó la obra de Frida que se exhibe y cuáles son algunas de las vicisitudes encontradas para que se montara esta exhibición?

BR: Esta exhibición llega casi cinco años después de que se iniciaron la investigación y las negociaciones para conseguir los préstamos de obra. Después de muchos años de intentarlo, finalmente dimos con el Harry Ransom Center, una institución en Austin, Texas. Creo que ahí hubo una conexión con los directivos de esta institución la cual tiene uno de los autorretratos más interesantes de Frida. Con respecto a las otras colaboraciones que hemos tenido, en México la más importante fue con el Museo Frida Kahlo que nos ha prestado fotografías, retablos y lo más icónico que las audiencias están esperando ver: la blusa y la falda de Frida, que también agregan a lo que está en el imaginario de la gente. Creo que es algo único y muy especial, y para esta exhibición contamos con la presencia de representantes del museo. Esto es importante por el tipo de vínculos con el sur global con quienes desde la JCAF queremos relacionarnos y posicionarnos y con quienes estamos estableciendo relaciones. En ese sentido, yo creo que el Museo Frida Kahlo es una de las instituciones más importantes.

AM: Perla, ¿podrías hablarnos un poco sobre la obra de Frida que se exhibe en la JCAF? ¿Cuál es la importancia de esta pieza y a qué momento de la trayectoria artística de Frida pertenece?
Perla Labarthe:
La exposición que estamos viendo en Sudáfrica acerca de Frida y otras dos grandes artistas del sur global nos tiene muy contentos y agradecidos con la JCAF por haber hecho un proyecto en colaboración que nos permite hablar de Frida Kahlo con diferentes públicos, con una audiencia completamente nueva, así que para nosotros es un placer y un honor poder presentar a Frida desde el Museo Frida Kahlo en una región en la que no se había presentado antes. Frida Kahlo no había tenido visibilidad o presencia en África y en Sudáfrica. Las obras que se están exhibiendo son algunas fotografías que pertenecen a la colección del museo, algunos textiles, una reproducción de su diario y, por supuesto, la magnífica obra que pertenece al Harry Ransom Center, Autorretrato con collar de espinas y colibrí; una obra fantástica que Frida pinta en 1940, cuando está atravesando su divorcio de Diego Rivera, y que tiene muchos elementos interesantes. Por supuesto la obra de Frida es muy autobiográfica y aquí vemos también un pedazo de su vida, de la vida que nos está contando. Hay varios elementos que son recurrentes en su obra como el uso de la vegetación en el fondo; la compañía de sus animales o mascotas también está presente a través de un monito que podría ser Fulang Chang, o este gato que la artista utiliza como referencia a una fotografía de Martin Munkácsi y que hace un equilibrio muy interesante entre los dos animales que la flanquean. Hay algunos otros atributos, como el collar de espinas que algunos investigadores han identificado probablemente como la corona de espinas y también el colibrí que Frida a veces utiliza como señal de sus cejas y que es una parte icónica por la que reconocemos a Frida en diferentes dibujos o interpretaciones gráficas. Es una obra que nos deja ver un trabajo espléndido de un momento en el que Frida alcanza una habilidad plástica importantísima en su carrera. La manera en la que esta obra está dispuesta en la exposición busca que sea apreciada casi de manera espiritual, con toda la ambientación para podernos adentrar y apreciar una de las obras más importantes de Frida Kahlo.

AM:
¿Podrías hablarnos del Museo Frida Kahlo? ¿Qué se exhibe ahí y qué importancia tiene el legado de esta gran artista para México y el mundo?
PL:
El Museo de Frida Kahlo es la casa donde Frida vivió desde que nació y durante toda su infancia y su juventud acompañada de sus padres y de sus tres hermanas. Ella vivirá después ahí mismo cuando se casa con Diego Rivera y hasta el final de sus días. Así que el hoy museo es el ambiente creativo en donde Frida desarrolló su carrera. Lo que exhibimos ahí es una colección muy personal de Frida. Por un lado tenemos los óleos que nos permiten ver las primeras etapas del desarrollo de su carrera artística, algunos cuadros inconclusos que traducen el desarrollo creativo, así como algunos cuadros que pinta para ella misma. Tenemos también su obra Viva la vida, la última que firma. Y además, objetos personales, de arte popular, exvotos, fotografías y todos estos artículos que pertenecieron a Frida y también a Diego, nos permiten conocer el ambiente que la rodeaba y la inspiraba para crear esas maravillosas obras de arte.

AM:
Además de esta extraordinaria obra pictórica ella también escribió cartas, poemas y su diario; su legado como escritora y poeta es rico, aunque no tan bien conocido como sus cuadros. ¿Podrías hablarnos un poco sobre sus poemas y cartas a Diego?
PL:
Frida era una artista completa. Por supuesto que la parte más conocida es su producción plástica, pero también tiene una serie de objetos de arte popular que intervenía. Y por supuesto también tiene toda esta producción literaria que podemos leer a través de sus cartas, de sus diarios, de sus poemas. Las cartas, además de que nos permiten entender la cotidianidad de Frida —recordemos que era una de las maneras en que las personas se comunicaban entonces—, nos permiten entender cuáles son las personas con las que mantenía una relación y sobre todo nos permiten ver a una Frida con una habilidad sobresaliente para escribir. Vemos su sentido del humor, su capacidad para comunicarse en diferentes idiomas, para hacer juegos de palabras en inglés y en español, para acompañar además algunas de esas cartas con dibujos. Vemos una parte muy lúdica de Frida en estas cartas y de ellas se desprenden muchas de las frases suyas que han trascendido. Si bien no se conoce tanto la escritura de Frida, es una parte importantísima para entenderla. Así como entendemos a Frida a través de su obra pictórica, yo pienso que entendemos a Frida también cuando visitamos su casa, cuando conocemos su espacio creativo, su universo íntimo y también la conocemos de otra manera cuando leemos sus cartas, porque leer sus cartas es leer su vida a través de sus palabras. Aunque las cartas son instantáneas de un momento, dirigidas a una persona en particular, nos permiten saber qué estaba pensando ella o qué le quería decir a alguien. Creo que hay muchísima riqueza para entenderla, para conocerla, para apreciar su obra a través de su expresión literaria.

AM:
En su diario Frida registra la última década de una vida turbulenta, acompañada de dolor físico y emocional. ¿De qué manera sus aportaciones literarias han sido importantes para comprender su obra pictórica y su vida?
PL:
El diario está realizado, como bien dices, en los últimos diez años de su vida, años muy complicados, sobre todo los últimos en cuanto a su salud y especialmente el último. El diario es de una riqueza fantástica, no solamente literaria, también pictórica. Vemos en él muchas reflexiones, muchos juegos de palabras, conceptos que va desarrollando; vemos también explosiones de color, de ideas, de pensamientos para irla entendiendo también desde otro punto de vista. El diario es un ejercicio creativo —vemos algunas mezclas de técnicas, mucha tinta—, un libro que nos lleva a través de una reflexión diferente a la que podemos apreciar en su obra pictórica o en sus cartas. El diario trata de reflexiones mucho más íntimas acerca de sus pensamientos en esta última década.

AM:
Hablar de Frida es imposible sin hablar de Diego y viceversa, ¿no? Por ello es importante saber un poco sobre la vida de Diego también y sobre el museo Anahuacalli. Tere, ¿podrías platicarnos un poco sobre ellos?
María Teresa Moya:
Completamente de acuerdo contigo. De hecho Perla Labarthe, quien es la coordinadora general del museo de Frida Kahlo, y yo, hemos comentado que no puede el visitante extranjero o mexicano ir al museo Frida Kahlo sin conocer el museo Diego Rivera Anahuacalli porque si sólo conoces el primero te vas a quedar con la mitad de la experiencia. Para tener la experiencia completa de lo que fueron estos dos grandes artistas, de lo que significaron para México en el siglo pasado, es obligado ir al Anahuacalli y llevarte el todo de lo que significaba. El Anahuacalli cuenta con un espacio donde albergamos fundamentalmente la colección de Diego. Diego coleccionó cincuenta mil piezas prehispánicas. Se exhiben en el museo alrededor de dos mil quinientas, así que el noventa y cinco por ciento de la colección está guardada en una bodega que diseñó Juan O’Gorman junto con Rivera. Nos dimos a la tarea de hacer una nueva bodega y, ya metidos en esto, hicimos además nuevos talleres y nuevas oficinas. Nos quedó un complejo arquitectónico maravilloso dentro del Anahuacalli que respeta muchísimo el proyecto original. Si quieres conocer todo sobre Frida, pues también hay que hablar de Diego quien no fue sólo su pareja sino también su maestro, su amigo, su compañero de vida, fue quien la metió al mundo de la pintura, quien logró de alguna manera proyectar a Frida en vida y quien empieza, después de que Frida muere, a hacer una labor por ponerla donde se encuentra hoy.

AM:
¿Cuál es la relación entre el Museo Frida Kahlo y el Museo Diego Rivera Anahuacalli?
MTM:
Somos museos totalmente distintos. Es decir, cada uno tiene su propia vocación, su propia historia, su concepto de museo y museografías totalmente distintas. Pero, finalmente, somos un complemento. Pertenecemos al mismo fideicomiso, somos museos hermanos, nos complementamos mucho, llevamos una relación excelente. El público que visita el Frida es invitado desde ahí a ir al Anahuacalli por esto que te decía, somos museos complementarios y porque si quieres tener una experiencia completa, sí es obligatorio que conozcas los dos museos y que veas la perspectiva que tenía Frida de las cosas. La perspectiva que tenía Diego es importante también, estas ganas de ambos de rescatar lo mejor de México, de preservarlo.

AM:
¿Cuál es la propuesta del museo Anahuacalli en la actualidad?
MTM:
Con los nuevos espacios queremos que el público conozca lo que Diego pensaba y quería. Hay ahora en el Anahuacalli unas ganas enormes de fomentar este diálogo entre el arte prehispánico y el arte contemporáneo. El Anahuacalli tiene aproximadamente quince años presentando arte contemporáneo de manera permanente, es decir, cada año se realizan de una a tres exposiciones. En 2022 tuvimos cinco y esperamos tener más. También queremos darle su lugar, en esta perspectiva, al arte popular, este gran interés de Frida y Diego de que el artesano tuviera un lugar fundamental en el arte, en la historia de la cultura mexicana. Buscamos seguir fomentando este diálogo entre el arte prehispánico y el arte contemporáneo e irlo tejiendo a través de la arquitectura, suma de lo artístico con lo natural, con lo que puedes sentir, con lo que puedes vibrar. Eso creemos que era lo que Diego sentía y eso es lo que queremos transmitir.

AM:
Pues muchísimas gracias, Bárbara, Perla y María Teresa por lo que nos comparten y muchísimas gracias a la JCAF por haber hecho posible esta primera colaboración en la que Frida Kahlo se presenta por primera vez en el continente africano.
Bárbara Rousseaux es gerente de proyectos para América Latina en la Fundación de Arte Contemporáneo de Joburg. 

Perla Labarthe es coordinadora general del museo Frida Kahlo Casa Azul de la Ciudad de México. 

María Teresa Moya es coordinadora general del museo Diego Rivera Anahuacalli de la Ciudad de México. 

Arturo Mendoza, exdirector de la Sede de la UNAM en Sudáfrica.
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