Encuadre
31 de octubre de 2022
Crisis climática. El tiempo para actuar es hoy
En agosto de 2021 el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) publicó el primero de los tres reportes que conforman su sexta evaluación. Las conclusiones y mensajes del reporte, si bien no son nuevas, quedaron plasmadas con tal sentido de emergencia, que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró que este debería ser el fin de la era de los combustibles fósiles y llamó a todos los líderes mundiales a trabajar juntos para detener la catástrofe climática.
El IPCC es el órgano internacional encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático. Fue establecido en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para facilitar a las instancias normativas evaluaciones periódicas sobre la base científica de dicho cambio, sus repercusiones y futuros riesgos, así como las opciones que existen para adaptarse a él y atenuar sus efectos. Cada seis o siete años hace un compendio y una evaluación de todos los avances científicos sobre el tema desde todas las áreas del conocimiento. Está divido en tres grupos de trabajo: el grupo I se encarga de las bases físicas que nos dicen cómo y por qué está cambiando el sistema climático (Masson-Delmotte et al., 2021); el grupo II trata los temas de adaptación y vulnerabilidad; nos dice cómo nos están afectando los cambios que estamos viviendo en el sistema climático (Pörtner et al., 2022), y el grupo III aborda la mitigación: ¿qué podemos hacer ante las afectaciones por los cambios en el sistema climático? (Shukla et al., 2022).
Investigadores de todo el mundo, líderes en sus áreas de conocimiento, participan de manera voluntaria en estos reportes. En este sexto ciclo, que inició en 2018 y deberá concluir en 2023, de ochocientos cincuenta y ocho autores, diecinueve somos mexicanos; uno de ellos, Roberto Sánchez, de El Colegio de la Frontera Norte, es el vicepresidente del grupo II. Varios somos investigadores de la UNAM y es nuestro honor llevar el nombre de esta casa de estudios y de México a las instancias internacionales. Pero con el honor viene una gran responsabilidad y la más importante que tenemos quienes participamos en este reporte es la de comunicar y poner en manos de todas y todos las principales conclusiones que se derivan del análisis de más de sesenta y seis mil artículos científicos y casi cuatro años de trabajo imparable.
La humanidad se encuentra ante una crisis climática que está afectando a todos, pero no por igual. La única manera de hacer frente a esta crisis es estar informados para tomar decisiones que nos garanticen un futuro sostenible, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Todos somos parte del problema; podemos ser también parte de la solución.
Conclusiones de los reportes del IPCC, 2021-2022
Los cambios recientes en el clima son generalizados, rápidos, cada vez más intensos y no tienen precedentes en miles de años. Las bases observacionales, datos de satélites y registros paleográficos —cada vez más completos y precisos— indican que cada década es más caliente que la anterior. Hoy nos encontramos a 1.1 grados Celsius por arriba de la temperatura media que había en 1850-1900, cuando sucedió la Revolución Industrial y se inició la quema de combustibles fósiles a tasas aceleradas. Este aumento de 1.1 grados Celsius va de la mano de una concentración de dióxido de carbono (CO2), que se encuentra en sus niveles más altos en al menos los últimos dos millones de años. El CO2 es un gas de efecto invernadero; el principal responsable del incremento de la temperatura de la superficie terrestre, y se genera principalmente por la quema de combustibles fósiles. Esto está causando también un aumento del nivel del mar, a un ritmo más rápido que en los últimos tres mil años, de modo tal que el área de cobertura de hielo marino en el Ártico se encuentra en sus niveles más bajos en al menos mil años, y hay un retroceso en la extensión de los glaciares sin precedentes en al menos dos mil años. Es indiscutible que las actividades humanas están causando esto y hacen que eventos extremos como olas de calor, lluvias torrenciales y sequías sean más frecuentes y severos (figura 1). El cambio climático ya está afectando a todas las regiones del planeta de múltiples formas.
Con un mayor calentamiento habrá incluso más cambios. El aumento de la ocurrencia de eventos extremos climáticos ha expuesto a millones de personas a la inseguridad alimentaria y a una disminución severa en la seguridad hídrica, sobre todo en regiones como América Latina, África y las pequeñas islas del Caribe y el Pacífico.
Figura 1. Calor extremo: síntesis de cambios observados desde los años 50 y certeza de contribución humana
Cada hexágono representa una región del mundo. Todas han experimentado un incremento en la ocurrencia observada de eventos de calor extremo. En la mayoría de las regiones, incluido México (hexágonos NCA y SCA), las observaciones indican que este incremento es atribuible a la actividad humana.
Fuente: Masson-Delmotte et al., 2021.
El cambio climático ha generado transformaciones sustanciales y pérdidas irreversibles de biodiversidad en océanos, mares y continentes; de continuar aumentando la temperatura, más especies estarán en riesgo de extinción.
No hay vuelta atrás en algunos cambios en el sistema climático. Sin embargo, estos podrían desacelerarse y otros podrían detenerse si se limita el calentamiento. Por ejemplo, el aumento del nivel del mar seguirá ocurriendo (figura 2), pero en qué cantidad y a qué velocidad dependen de las decisiones que se tomen hoy. Para México, en el peor de los escenarios se proyecta para finales de este siglo un aumento de entre ochenta y ciento veinte centímetros. Si consideramos que México está rodeado de mar, este no es un escenario alentador y pone en riesgo de inundación a todas las poblaciones costeras.
Figura 2. Aumento del nivel del mar bajo los cinco escenarios del IPCC
En cualquier escenario el nivel medio del mar aumentará para finales del siglo xxi. Sin embargo, bajo el escenario de muy bajas emisiones el aumento es menor comparado con cualquier otro. La línea punteada plantea el escenario poco probable pero de alto impacto en el que hay inestabilidad de las capas de hielo marino, lo que genera un mayor incremento del nivel medio del mar.
Fuente: Masson-Delmotte et al., 2021.
Por eso, los gobiernos ya no pueden seguir apostando a combustibles fósiles; se debe invertir en educación, ciencia y tecnología. Tecnología para transitar hacia energías renovables y procesos más amigables con el medio ambiente. Ciencia y educación para poder generar medidas de adaptación y mitigación bien diseñadas y de largo alcance. Cuando las acciones no están bien planeadas, terminan haciendo más vulnerables a los ecosistemas, lo que al final resulta más costoso y difícil de reparar. En México el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC, 2018), publicó un ejercicio de costos de inacción ante el cambio climático. Indicaba que la inacción climática, es decir, seguir como estábamos en 2017, le costaría al país alrededor de diecisiete mil millones de dólares, mientras que invertir en medidas de mitigación —como tecnologías limpias y eficientes para el transporte público; tasa cero de deforestación para 2030; alcanzar el 35 % de energías limpias para 2024 y el 43 % para 2030; instalar y operar biodigestores para excretas de ganado y reducir las emisiones de metano; sustituir fertilizantes sintéticos nitrogenados por biofertilizantes— implicaba una reducción de emisiones de mil quinientos veinte millones de toneladas de CO2. Si bien estas medidas requerirían una fuerte inversión (de 2018 a 2030), se traducirían no solo en un ahorro económico a largo plazo, sino también en la reducción de la contaminación y, por lo tanto, en mejor calidad del aire, menos problemas de salud y mejoras en varios sectores productivos, en la medida en que logren ser más eficientes.
Sin embargo, muchas de estas medidas que, además, eran parte de las contribuciones determinadas a nivel nacional que comprometió México en su ratificación del Acuerdo de París, no se han realizado e incluso algunas se han revertido, como la gran inversión que se está haciendo actualmente en la extracción y producción de combustibles fósiles, según lo reportado en el tercer informe de gobierno del Poder Ejecutivo, en el que aparecen como “logros y resultados”:
- El reinicio de la construcción de la coquizadora de Tula, Hidalgo, ampliará la producción de esa refinería en 70 mil barriles diarios de combustibles.
- En julio de 2022 se terminará la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, con capacidad para procesar 340 mil barriles diarios.
- La compra total de la refinería Deer Park de Houston, Texas, aumentará la producción de gasolinas y diésel y otros combustibles que se destinarán al abasto del mercado interno del país (López Obrador, 2021).
Sin acciones de mitigación urgentes, efectivas y equitativas, el cambio climático amenaza cada vez más la salud y los medios de vida de todas las personas, así como la salud de los ecosistemas y la biodiversidad.
Se requiere compromiso político y seguimiento de programas, marcos institucionales, políticas e instrumentos con metas y prioridades claras, mayor conocimiento sobre impactos y soluciones, movilización y acceso a recursos financieros adecuados, monitoreo y evaluación, y procesos de gobernanza inclusivos.
Necesitamos, tanto global como localmente, un esfuerzo conjunto entre gobierno, sociedad civil y sector privado para la toma de decisiones inclusivas que prioricen la reducción de riesgos, la equidad y la justicia. Se debería incluir en estas decisiones a grupos tradicionalmente marginados como mujeres, minorías étnicas, pueblos indígenas. Estas alianzas son más eficaces cuando cuentan con un aparato de instituciones y de recursos financieros, de servicios climáticos y de herramientas de apoyo a la toma de decisiones.
La conservación, mejor manejo y restauración de bosques y otros ecosistemas (humedales costeros, sabanas y pastizales), y la reducción de la deforestación en las regiones tropicales tiene el mayor potencial económico de mitigación. Por el contrario, la forestación, cuando se realiza de manera deficiente, puede tener impactos socioeconómicos y ambientales adversos, incluso para la biodiversidad, la seguridad hídrica y los derechos de los pueblos indígenas, especialmente si se hace en gran escala y donde la tenencia de la tierra no está bien definida.
La mitigación debe incluir cambios en el uso de la infraestructura y cambios socioculturales. Por ejemplo, si reducimos al mínimo el desperdicio de comida y migramos a dietas basadas en plantas, reduciríamos alrededor de 2.1 gigatoneladas de CO2 por año en todo el mundo.
El clima que tendremos en el futuro depende de nuestras decisiones ahora. La solución nos toca a todos, pero sobre todo a los gobiernos; el tiempo de firmar acuerdos sin acciones se ha agotado. Si bien algunas medidas derivadas de acuerdos como los de Montreal y París han desacelerado algunos de los efectos del calentamiento global, las acciones no han sido suficientes. Los países industrializados del “Norte Global” tienen una deuda histórica con el “Sur Global”, donde somos más vulnerables al cambio climático y, a la vez, donde se emite menos CO2. Sin justicia ambiental no habrá justicia social.
La Dra. Ruth Cerezo Mota es académica del Laboratorio de Ingeniería y Procesos Costeros en la Unidad Académica de Sisal del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Referencias
Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC, 2018). Costos de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas de México: Medidas no condicionadas. Un ejercicio contable para analizar el costo de su implementación. Resumen Informativo. Mexico: INECC (
https://cambioclimatico.gob.mx/sexta-comunicacion/material/costos.pdf).
López Obrador, A. M. (2021). “Tercer Informe de Gobierno,” section “Logros y Resultados/Energía.” Andrés Manuel López Obrador’s webpage (
https://lopezobrador.org.mx/tercer-informe-de-gobierno/).
Masson-Delmotte, V.; P. Zhai, A.; Pirani, S. L.; Connors, C.; Péan, S.; Berger, N.; Caud, Y.; ... Zhou, B. (Eds.) (2021). Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge: Cambridge University Press.
Pörtner, H.-O.; Roberts, D. C.; Poloczanska, E. S.; Mintenbeck, K.; Tignor, M.; Alegría, A.; Craig, M.; … Okem, V. (Eds.) (2022). Climate Change 2022: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge: Cambridge University Press (in press).
Shukla, P. R.; Skea, J.; Slade, R.; Al Khourdajie, A.; Van Diemen, R.; McCollum, D.; Pathak, M.; … Malley, J. (Eds.) (2022). Climate Change 2022: Mitigation of Climate Change. Contribution of Working Group III to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge: Cambridge University Press.