Volvernos a encontrar. El Rally Puma, un recorrido por Ciudad Universitaria

Enero de 2020 llegó y con él un montón de promesas para el inicio del año. Esperábamos mucho, pero nunca una pandemia de escala global. Nuestra vida cambió precipitadamente; el mundo se preparó y se adaptó de la mejor manera posible y una de las soluciones fue trasladarnos al espacio virtual. Así fue como clases de idiomas, fotografía, yoga, escritura creativa y, por supuesto, las clases escolares, fueron adaptadas para entrar en un recuadro de la computadora. Comenzamos a comunicarnos a través de la cámara y el micrófono, esperando que el internet fuera lo suficientemente veloz para que nos permitiera participar y escuchar a los demás.

Las actividades en línea nos permitieron seguir en contacto, pero la experiencia de atender las clases es mucho más que sentarnos a escuchar y tomar notas. Las comunidades estudiantiles se crean con lo que cada salón y cada asistente aporta: cuando reaccionamos a las expresiones corporales de quienes nos rodean, cuando cruzamos miradas cómplices o cuando los silencios —tan temidos en el espacio virtual— se hacen para añadir énfasis. Pero también formamos comunidad fuera de las aulas, caminando por los pasillos de los edificios, estudiando en la biblioteca, al preguntar por la tarea, mientras tomamos un café; el espacio que habitamos se vuelve parte de nuestra experiencia.

El Rally Puma fue una iniciativa para invitar a los alumnos que en su primer o segundo año de licenciatura no tuvieron la oportunidad de usar las instalaciones de la UNAM. El objetivo fue recordarles que hacer una carrera universitaria es una experiencia integral y que la universidad donde han decidido estudiar les brinda la oportunidad de acceder a actividades de teatro, danza, música, cine, y mucho más, en un espacio con una arquitectura espectacular y en una zona con flora y fauna endémicas que forma parte de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel.

Queríamos que quienes asistieran al Rally Puma pudieran conocer presencialmente una parte de Ciudad Universitaria; que lo que aprendieran no fueran solo datos sobre cuándo y cómo se construyó cierto espacio, sino que conocieran la diversidad de disciplinas que conviven dentro de su misma universidad, la multiplicidad de espacios y actividades.

De esta manera, durante cuatro domingos, del 13 de marzo al 3 de abril de 2022, se invitó a los estudiantes a que recorrieran una gran parte del Centro Cultural Universitario y el campus central en Ciudad Universitaria. Además, el domingo 3 de abril, el Rally sería adaptado para estudiantes de la UNAM con discapacidades, cambiando el recorrido para hacerlo más cómodo en términos de movilidad y dando a las actividades un enfoque sensorial.

Durante las mañanas llegaban las personas que se habían inscrito y uno que otro curioso que se encontraba por ahí ese día. El recorrido se planeó con base en pistas, cada una de las cuales llevaría a uno de los espacios emblemático del CCU, donde podrían presenciar diferentes expresiones culturales, interpretadas por personas que forman parte de la misma UNAM. En total se recorrieron siete puntos y en cada uno se llevaron a cabo actividades relacionadas con el lugar. Observaron e interpretaron el mural del Colectivo Cherani expuesto en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, presenciaron una puesta en escena interpretada por estudiantes del Centro Universitario de Teatro, conocieron las instalaciones y el acervo de la Biblioteca Nacional. Caminaron junto a las monumentales piezas del Paseo de las Esculturas, para encontrarse después con el Espacio Escultórico, donde tuvieron la oportunidad de escuchar música en vivo y disfrutar una ejecución de danza contemporánea. Para la siguiente parte del recorrido, los visitantes tenían la opción de continuar en bicicleta, un medio de transporte que los estudiantes de la UNAM suelen escoger para moverse a lo largo y ancho del campus. De esta manera llegaron al Geopedregal, un espacio creado por los Institutos de Geología y Geografía, destinado a la educación y a la restauración de la reserva ecológica. El recorrido terminó en “las islas”, donde pudieron conocer los proyectos y servicios que su universidad les ofrece.

En un principio nos habíamos preparado para recibir a unos noventa estudiantes por día, pero fue tal el impacto del Rally que el último domingo cerramos con una participación de ciento ochenta y seis personas (en total asistieron trescientas ochenta y cuatro personas durante las cuatro jornadas). Este gran número de participantes se conformó por estudiantes de todas las facultades y carreras: historia, medicina, biología, trabajo social, química, actuaría, lengua y literatura hispánica, ingeniería, relaciones internacionales, entre otras. Participaron también estudiantes de intercambio que venían de Alemania, Corea y Argentina, además de alumnos de las preparatorias y los planteles del CCH, e inclusive exalumnos graduados en 1967.

Todo este trabajo fue logrado gracias a quienes forman parte de la comunidad universitaria: investigadoras, docentes, trabajadores y voluntarios, con el mismo objetivo de que nuestro regreso a la presencialidad sea lo más dulce posible.

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