Extensión
30 de junio de 2022
La literatura en el Centro
Por: Alejandra Silva Lomelí y Alberto Vital
Pero, ¿para qué, después de todo, sirve la literatura? ¿Para qué? En tiempos tecnológicos, sanitarios y, ¡ay!, también militares, ¿cómo puede sernos útil un poema, una pieza de teatro, una novela, un cuento, un ensayo, un aforismo, una brizna como aquellas que propuso y practicó don Alfonso Reyes?
Quizá la poesía —también la existente en numerosas letras de canciones— se hace necesaria así sea para decir precisamente: ¡ay! Con este grito arranca la protagonista de Ifigenia cruel, el vasto texto lírico y trágico del propio Reyes: la poesía puede ser la interjección que necesitamos en tiempos difíciles, y a veces una sola frase, un par de simples palabras, arroja tanta luz como estudios enteros: el vate galo Charles Baudelaire definió las drogas como “paraísos artificiales”. ¡Exacto! Quede a nuestros lectores la tarea de extraer las implicaciones de dos vocablos tan certeros.
Igualmente, un escrito de hace muchas décadas puede ser un punto de referencia para “la hora actual con su vientre de coco” (agudo verso de la Suave patria de Ramón López Velarde): Guerra y paz de León Tolstoi. Un pueblo engañado con promesas de negociación y finalmente invadido, el ruso, se defiende de las tropas napoleónicas, muy superiores en fuerzas y en organización, y finalmente las vence y las expulsa de su territorio. ¿Qué dirían hoy Tolstoi y Fedor Dostoievski, Antón Chejov y Ana Ajmátova ante tantas y tantas muertes de inocentes? (La literatura se hace desde una persona para cada persona a partir de cada personaje irrepetible e inconfundible; por eso cada muerte debe ser mucho más que estadística, y lo es cuando el arte profundo interviene.) Ana Ajmátova nació en Odesa, hoy Ucrania, y estudió en Kiev y en San Petersburgo. Escribió sobre el propio terruño:
La tierra natal
No la llevamos en oscuros amuletos
ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
no perturba nuestro amargo sueño
ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
en objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
ni siquiera la recordamos.
Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.
Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella
y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.
(Versión de María Fernanda Palacio)
Ella misma sufrió la persecución de la dictadura y vio cómo fusilaban a su primer esposo y amenazaban a su único hijo durante los años iniciales de la Unión Soviética. Su amigo Ósip Mandelshtam compuso un poema que corrió de boca en boca y que enfureció a José Stalin. Espías y policías revolvieron casas enteras para descubrir el manuscrito; no lo encontraron porque el poema no se escribió nunca: se creó y se memorizó y se transmitió como una contraseña para sacar de quicio al tirano sin desproteger al poeta.
La literatura permite ir más allá de las fronteras: un poeta de lenguas alemana y francesa, Rainer María Rilke, admiró a Tolstoi y encontró en Rusia una magnitud única que le permitió comprender matices de la vida, a él que se pasó la vida buscando matices esenciales. La poesía de Rilke se llena de finísimos descubrimientos, imposibles de encontrar en otros sitios. Un ejemplo es el poema sobre una joven que se está quedando ciega: cómo toma la taza, cómo parece disculparse por su torpeza, cómo se pone de pie y cómo en medio de la sala parece que va a volar y no solamente a andar: individualiza, personaliza, focaliza a un ser humano en una situación a la vez vulnerable y tenaz.
Como las obras de Ana Ajmátova y Rilke y tantas otras más, las letras mexicanas abundan en hallazgos y textos perfectos. El Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) cuenta con un sólido Departamento de Literatura que ha sabido desarrollar una serie de actividades de docencia, investigación y difusión.
Por ejemplo, el 21 de diciembre de 2021, se conmemoró el centenario de Augusto Monterroso, escritor nacido en Honduras, nacionalizado guatemalteco y vecino de México, donde desarrolló una intensa y valiosa labor literaria no solamente como autor, sino como maestro de las letras. Esta fecha tan significativa motivó, en primer lugar, un reencuentro con su obra y una serie de reflexiones en torno a la influencia que esta imprimió en la literatura mexicana contemporánea y que se manifiesta sobre todo en la parodia y la alusión explícita. En segundo lugar, tuvimos una serie de conversaciones entre colegas profesores de literatura del Centro, quienes expresaron la vigencia de la obra de Monterroso y manifestaron la propia experiencia lectora. De manera espontánea, en el diálogo se compartieron anécdotas sobre cuáles cuentos se habían leído en los salones de clases con los estudiantes extranjeros, cuál había sido la reacción y la interpretación, qué texto había sido el preferido por los estudiantes y qué lectura intercultural se le había dado.
En la conversación surgieron otras autoras y autores mexicanos cuyas obras también habían sido leídas en clase, ya fuera con los estudiantes extranjeros o con los mexicanos, principiantes o versados, quienes se maravillaban por igual ante la riqueza literaria de las obras y manifestaban el gozo que les provocaba la lectura. Se coincidió en el hecho de que la poesía, la narrativa e incluso algunas obras dramáticas que se habían discutido en las aulas, se caracterizan porque permiten interpretaciones en varios niveles y, con cada lectura, el texto se actualiza; esto último es muy provechoso cuando se trabaja con estudiantes que están adquiriendo el español como lengua extranjera, pues evidentemente su acercamiento al fenómeno literario mexicano es distinto. Además de la reflexión que se puede lograr acerca de la propia experiencia lectora, los estudiantes extranjeros, de manera natural, la incorporan a su visión de mundo y establecen un diálogo con la obra para reconocer lo que les dice sobre México y su cultura, y también encuentran en sus páginas alusiones o francas representaciones de otros países y contextos. Ven entonces su propio origen desde los ojos de un creador o creadora mexicana y esa revelación, una vez asimilada, suscita cavilaciones y posturas críticas que trascienden el contexto mexicano con el cual se están relacionando: el texto literario provoca al lector de manera intrínseca y en esa comunicación se reconoce, paradójicamente, su valor universal.
Con estas ideas puestas sobre la mesa, durante la charla se mencionaron nombres como Sergio Galindo, Rubén Bonifaz Nuño, Carlos Fuentes, Jorge López Páez y Rosario Castellanos, todos ellos nacidos en la década de 1920 y todos pertenecientes a lo que se conoce como la Generación de Medio Siglo. Ante esta observación, se propuso elaborar un proyecto a largo plazo cuyo propósito es conmemorar, durante la presente década, los centenarios de quienes formaron parte de dicha generación. Vinieron entonces a la mente nombres de artistas plásticos, historiadores y lingüistas, figuras fundamentales de la cultura mexicana del siglo XX cuyas obras siguen influyendo de manera evidente la producción artística y cultural de nuestro tiempo.
El proyecto se tituló “Los centenarios de la Generación de Medio Siglo: reflexiones sobre grandes figuras de la literatura mexicana”. Como primera actividad se programó un ciclo de mesas redondas cuyo propósito fue ofrecer un panorama sobre la producción literaria de algunos de los integrantes de esta generación, conversar sobre la relevancia y variedad de sus obras, su relación con otras manifestaciones artísticas y culturales, establecer vínculos o paralelismos entre las propuestas literarias de quienes integran este grupo, así como reflexionar acerca del campo literario mexicano durante este periodo del siglo XX y las redes de colaboración que se constituyeron. De esto último sobresale el acompañamiento y conducción que escritores como Juan Rulfo, Juan José Arreola, Agustín Yáñez y Alfonso Reyes ofrecieron a otros, entonces en formación, como Jaime Sabines, Amparo Dávila e Inés Arredondo.
Con esta estructura y siguiendo los ejes temáticos referidos, se desarrollaron las siete sesiones de dicho ciclo de mesas redondas, que se llevó a cabo del 22 de febrero al 15 de marzo de 2022 y al cual tuvieron acceso personas que radican en varias partes del mundo, gracias a que se transmitió por redes sociales. En este evento se abordó la obra de Ricardo Garibay, Augusto Monterroso, Eduardo Lizalde, además de los autores arriba referidos.
La poesía ofrece tierra a los desterrados, a los transterrados. Luis Cernuda nació en España y murió en México. Mientras las fuerzas golpistas de Francisco Franco bombardeaban Madrid en 1939, el poeta español traducía a un poeta alemán, Friedrich Hölderlin. Las ventanas se cimbraban y parecían romperse cada vez que caía una bomba. A España habían ido José Revueltas, Elena Garro, Octavio Paz, Juan de la Cabada y otros, con el propósito de defender la República. “España, aparta de mí este cáliz”, de César Vallejo, es uno de los mejores poemas a la España en peligro.
España, aparta de mí este cáliz
Niños del mundo,
si cae España —digo, es un decir—
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
[…]
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae —digo, es un decir—
salid, niños del mundo; ¡id a buscarla!…
(
España, aparta de mí este cáliz, Perú Nuevo, Lima, 1961).
La poesía amorosa es baluarte en la literatura; hay letras que la gente canta con gusto. Los versos de Jaime Sabines son un toque de futuro cuando parece que ya no habrá futuro:
Los amorosos
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar.
No encuentran, buscan.
Alejandra Silva Lomelí es profesora de literatura mexicana del siglo XX en el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE), UNAM. Licenciada en Letras por la Universidad de Guadalajara y Maestra en Español por la Universidad de Texas en El Paso.
Alberto Vital es director del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE), UNAM. Narrador, ensayista y poeta, estudió Letras en la FFyL de la UNAM. Maestría en Letras Mexicanas por la misma facultad. Doctorado en Letras en la Universidad de Hamburgo. Ha sido docente en la UNAM, la UPN y el Colegio Alemán; investigador de tiempo completo del IIFL de la UNAM. Es miembro del SNI.