Dentro de los trabajos de la XIV Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe, la Sede de la UNAM en el país asiático participó en el Foro de Laboratorios de Ideas (Think Tanks), orientado a ofrecer una perspectiva académica en el marco de las relaciones entre ambas regiones.
La Cumbre Empresarial China-LAC (nombre oficial) se creó en 2007 a iniciativa del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional. Desde entonces se han organizado trece ediciones y se ha constituido como un espacio para el análisis económico comercial en el marco del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
Para esta XIV edición de la Cumbre se realizó por primera vez un foro académico, el cual fue organizado entre el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales (ILAS-CASS por sus siglas en inglés), la Universidad de Finanzas y Economía del Suroeste y la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan.
El evento se desarrolló presencialmente en Beijing, en la sede del ILAS-CASS. De forma remota participaron representantes de universidades chinas que cuentan con programas de estudios latinoamericanos. Las sesiones se realizaron en chino y español con interpretación simultánea.
En la apertura, Chai Yu, directora general del ILAS-CASS, indicó que este foro busca conocer las experiencias mutuas con el fin de enfrentar los desafíos de la pandemia, así como incentivar la cooperación entre China y Latinoamérica en el terreno de las investigaciones académicas, para que sean un aporte intelectual en el desarrollo de los vínculos comerciales.
Por su parte, Wang Wei, vicepresidente de la CASS, llamó a reforzar la investigación conjunta entre los laboratorios de ideas, a fin de generar innovaciones teóricas que promuevan la cooperación Sur-Sur entre países en vías de desarrollo.
También hizo un exhorto para que los resultados de las investigaciones académicas se transformen en proyectos concretos de cooperación. Asimismo, llamó a romper la hegemonía que ejercen la prensa y las potencias occidentales, ya que estigmatizan la cooperación entre nuestras regiones, por lo que se debe incrementar la difusión de las investigaciones propias y atender los llamados de la sociedad. Citó como ejemplo, la capacitación a empresarios y líderes políticos latinoamericanos sobre el conocimiento de la realidad de China.
Wang consideró que la diplomacia pública debe acompañar a las grandes estrategias de política exterior a fin de reforzar los vínculos y los lazos entre nuestros pueblos.
En su intervención, Guillermo Pulido, representante de la UNAM, expuso que las universidades públicas son centros fundamentales del pensamiento crítico, generadoras del conocimiento humanístico, científico, tecnológico, y promotoras de que éste se divulgue en la sociedad.
Apuntó que, en el contexto de las relaciones entre China y América Latina, la participación de las universidades es clave cuando se trata de construir relaciones multilaterales, en especial las orientadas a propiciar un clima de cooperación en temas económicos y comerciales.
Ante el uso generalizado de Internet, y la omnipresencia de las redes sociales, o redes socio-tecnológicas, tanto occidentales como chinas, se han abierto innumerables canales de difusión que constituyen una nueva ecología mediática, no obstante, también han proliferado las noticias falsas y la desinformación. En este contexto, las Instituciones de Educación Superior tienen una mayor relevancia, ya que se erigen como faros que guían a nuestras sociedades para discernir la información científica y confiable, expuso.
Pulido llamó a profundizar en el estudio de las políticas regionales en torno al cambio climático, para ofrecer alternativas científicas que trasciendan los compromisos de los gobiernos y empresas. Asimismo, observó que debe incorporarse la perspectiva de género, con el fin de visibilizar y ampliar la participación de las mujeres en los diversos campos del conocimiento y en los sectores productivos.
Alessandro Golombiewski, profesor de la Universidad de Tsinghua y ex ministro de Turismo de Brasil, observó que en América Latina existe una creciente demanda por entender cómo han funcionado las políticas públicas en China que le han permitido reducir la pobreza.
Indicó que entre los laboratorios de ideas de la región existe una fuerte influencia de los centros de estudios de Estados Unidos, por lo que llamó a que se amplíe la difusión de las investigaciones latinoamericanas y que éstas contribuyan a la toma de decisiones.
Guillermo Marinaro, profesor de la Universidad de Fudan, dijo que es necesario repensar los mecanismos de diálogo regional en la era pospandémica, sobre todo en la integración de los países de América Latina.
Refirió que las relaciones entre China y América Latina han tenido a lo largo del siglo XX un desarrollo más rápido en comparación con cualquier otra alianza internacional. Entre el 2021 y 2022 más de diez países latinoamericanos estarán celebrando cincuenta años de relaciones diplomáticas con China, país que en Sudamérica ya es el primer socio comercial de Perú, Brasil y es el segundo de Argentina; además de que se han firmado asociaciones estratégicas con siete naciones, que incluyen diálogos políticos al más alto nivel.
Los académicos tienen un rol preferencial para analizar y aportar soluciones interregionales que mejoren los vínculos económicos y la gobernanza regional de las inversiones, comentó.
Tao Yitao, presidenta de Instituto de la Franja y la Ruta de la Universidad de Shenzhen, comentó que la iniciativa de inversiones impulsada por China no se limita a las áreas de economía, finanzas y comercio, sino que también es una iniciativa humanística y cultural.
Por tal motivo, agregó, es importante estudiar el conjunto de los valores comunes para reforzar los proyectos enmarcados en la Franja y la Ruta, ya que pensar que esta iniciativa es solo económica y comercial ha provocado conflictos con las sociedades locales.
Además de estudiar las legislaciones de cada país se deben estudiar sus valores y las diferencias entre ambas regiones para encontrar espacios comunes y de coexistencia. No podemos fijarnos exclusivamente en los beneficios e ignorar las posibles consecuencias negativas; en la cooperación interregional es necesario reforzar la comprensión de los valores sociales tanto chinos como latinoamericanos, señaló.
En este sentido, Tao consideró que la filosofía taoísta puede hacer un aporte, ya que en sus postulados se busca comprender todo y coexisten ideas diversas. “Los valores están unidos en su diversidad”. Con esta idea podemos avanzar en la diversidad y el respeto a los valores de los otros, sabiduría que puede aplicarse en la cooperación entre China y América Latina, indicó.
En el cierre de los trabajos, Wang Rongjun, director general adjunto del ILAS-CASS presentó los consensos del foro entre los que destacan: generar un marco de cooperación entre los laboratorios de ideas de China y América Latina; estructurar plataformas de cooperación para la difusión de investigaciones conjuntas; impulsar que los laboratorios de ideas refuercen la cooperación económica y comercial; fortalecer la amistad entre ambas regiones y la ayuda mutua entre China y América Latina, sobre todo, en el contexto de la pandemia.
Entre las universidades y centros de estudios que participaron en el Foro de Laboratorios de Ideas se encuentran, además de la UNAM:
Academia China de Ciencias Sociales
Instituto de Estudios Latinoamericanos de la CASS
Universidad de Shenzhen
Universidad de Fudan
Universidad de Tsinghua
Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan
Universidad de Estudios Internacionales de Zhejiang
Universidad de Ciencia y Tecnología del Suroeste
Centro de Comunicación de las Américas, Administración de Publicaciones en Idiomas Extranjeros de China